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Éxodo rural

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Monumento a la madre del emigrante en San Sebastián de Garabandal.
Comarca de La Valdería, León, España, años 1970.

El éxodo rural o éxodo campesino se refiere a la emigración, generalmente de gente joven (adolescentes y adultos jóvenes) del campo a la ciudad. Este proceso es muy antiguo y se aceleró con la Revolución Industrial y, sobre todo, a partir de la segunda mitad del siglo XX. Se suele considerar como un tipo especial de migración porque en ella, no solo se cambia de lugar de residencia, sino también de profesión, por motivos más que evidentes, dadas las diferencias geográficas tan grandes que existen entre las oportunidades, número y características de los diferentes tipos de empleo que existen en el campo, con relación a la ciudad, además de los cambios en los aspectos sociales, culturales y medioambientales de la vida urbana.

Concepto

Se llama éxooooodo rural, a veces, éxodo campesino, a la emigración, muchas veces masiva y continuada, del campo a la ciudad en busca de mejores condiciones de vida. Un blog sobre vocabulario geográfico nos da una sencilla definición de éxodo rural: El éxodo rural es la emigración, generalmente de gente joven (adolescentes y adultos jóvenes) del campo a la ciudad ([1]​).

Y Pierre George, en su Diccionario de Geografía señala que:

El éxodo rural es la emigración de los campesinos hacia las ciudades – lo que es exacto – pero también el abandono del oficio de agricultor – lo cual no lo es.
Pierre George ([2]​)

Sin embargo, con respecto a esta última definición hay que aclarar que en los planes migratorios de muchos países, especialmente, latinoamericanos, se fomentó la inmigración europea para que vinieran a dichos países a trabajar en el sector agrícola, como es el caso de Argentina, Brasil, México, Venezuela y Uruguay, entre otros, lo que rompería el carácter de esta definición. No hay que olvidar que en los emigrantes del medio rural y los distintos países de emigración, las situaciones y expectativas podían ser mucho más diversas y variadas de lo que aquí se puede señalar.

Hitos en la Historia

La historia cultural de las migraciones nos muestra grandes épocas caracterizadas por etapas de expansión de grandes poblaciones separadas por períodos de inflexión en la que, por diversos motivos, disminuyen sustancialmente esas migraciones en número y en variedad de destinos. A grandes rasgos, los motivos de la expansión o disminución de las migraciones serían:

  • La Revolución Neolítica, con el desarrollo de la agricultura bajo riego, la cerámica, cestería, el pastoreo, los aperos agrícolas y otros muchos avances técnicos, ocurrida hace 10 000 años y que mejoró sustancialmente las posibilidades de emigrar. Hasta cierto punto la revolución neolítica fue un proceso histórico inverso al éxodo rural, en el que los habitantes a orillas de los ríos, que vivían de la pesca, la caza y la recolección pudieron expandirse en la ocupación progresiva del espacio. El resultado fue el comienzo de una nueva etapa histórica que convirtió los espacios abiertos, silvestres y hasta selváticos, a través de la sedentarización, en zonas de pueblos que fueron aumentando de tamaño poco a poco y que podríamos catalogar desde épocas muy antiguas como espacios rurales. Este proceso ocurrió en Mesopotamia, en el Valle del Nilo, en los valles del Indo, del Ganges y del YangTse y más recientemente en las civilizaciones americanas (azteca, inca, chibcha y otras).
  • Los imperios marítimos del mundo mediterráneo (fenicios, griegos, cartagineses, romanos) que desarrollaron enormemente el comercio, la artesanía, la navegación y la agricultura, además de la fundación de ciudades, que servían de lugar de intercambio comercial de la producción agrícola local (en el hinterland de cada ciudad-puerto) con la metrópoli. El Imperio Romano, por ejemplo fundó numerosas ciudades en gran parte de la Europa Meridional y Central, y para poblar esas ciudades desplazó muchas personas de unos países a otros en un sentido o en otro. Por ejemplo, el territorio de la actual Rumanía fue poblado con campesinos "movilizados" militarmente de España (Trajano, Adriano y otros fueron emperadores nacidos en España y otros países fuera de la Roma original) y en sentido inverso, se fundaron muchas ciudades en todos los países del Imperio con los antiguos soldados "desmovilizados" durante los varios siglos que se denominó la época de la "Pax Romana". El caso de Emérita Augusta, la actual Mérida (España) es un ejemplo clásico, donde se establecieron soldados "eméritos", es decir, jubilados o retirados, para fundar familias y vivir de la agricultura, de manera que el ciclo de etapas de poblamiento y de éxodo rural prosiguieron hasta nuestros días.
  • Las invasiones bárbaras, incluyendo la expansión musulmana en los tres continentes del Viejo Mundo, la cual estableció pueblos y aldeas agrícolas con una agricultura floreciente y que también iniciaron un éxodo rural con el crecimiento de muchas ciudades (Damasco, Alejandría, Córdoba, Valencia, etc.).
  • El descubrimiento, conquista y colonización de América.
  • La revolución industrial, que trajo consigo la numerosa emigración de habitantes del campo hacia las ciudades industriales y comerciales, dejando muchas poblaciones del medio rural, abandonadas, despobladas, envejecidas y también empobrecidas en muchos casos. Una consecuencia directa de la revolución industrial en el campo de la agricultura fue el desarrollo de la maquinaria agrícola con las máquinas cosechadoras y trilladoras de cereales, movidas desde el siglo XIX por máquinas de vapor que se sustituyeron por motores de combustión interna en el siglo XX, especialmente en su segunda parte.

La decisión de emigrar

Los seres humanos, lo mismo que sucede con la mayoría de las especies animales, se desplazan en la superficie terrestre, en unos movimientos (individuales o colectivos) llamados migraciones. La principal diferencia entre los seres humanos y las especies animales es que, en este caso, los motivos de las migraciones son instintivos (el instinto de conservación o supervivencia de la especie, el instinto de reproducción, la adaptación al medio, etc.) mientras que las migraciones en los seres humanos obedecen a una decisión razonada más o menos libre (o más o menos forzada), en la que el instinto, aunque también tiene su importancia, ocupa un lugar muy secundario. Esta idea puede dar pie a una subdivisión de las migraciones en dos tipos: espontáneas y forzadas. Lo que sucede es que no hay, por lo general, una clara delimitación entre ambas. Pero en el caso del éxodo rural es bastante sencillo de analizar. La bibliografía anglosajona de las ciencias sociales ha acuñado un término: "The push-pull theory" o "Teoría de la atracción - repulsión" que sirve para explicar, al menos de una manera sencilla, la génesis del éxodo campesino hacia los centros urbanos, como desplazamientos motivados por factores de rechazo en el medio rural y, como contrapartida, de atracción en el urbano. En los países subdesarrollados existe una amplia documentación en torno al tema del éxodo rural y del proceso creciente de crecimiento de las mayores ciudades. Puede citarse como ejemplo, la obra de Breese[3]​ que, aunque hace referencia a una época ya pasada, puede dar una sencilla idea de todos los mecanismos que generan dicho proceso.

Factores de rechazo en el medio rural

  • La carencia o escasez de fuentes de empleo: este factor afecta en mayor grado a la población femenina, por lo que las mujeres tienden a predominar en el éxodo rural.
  • La escasez de instituciones de enseñanza: además, hay que sumar las largas distancias que hay que cubrir para llegar a una escuela o colegio. Las dificultades en el transporte escolar son mucho más graves en el medio rural y, sobre todo, en los países subdesarrollados. Entre todas las instituciones educativas, son las de enseñanza secundaria y, desde luego, de la superior, las que resultan más escasas en el medio rural.
  • La escasez de servicios: entre ellos hay que destacar a los servicios asistenciales, de comercio, de formación y asesoría técnica y muchos otros.
  • El desarrollo técnico de la agricultura: este desarrollo técnico tiende a disminuir las necesidades del trabajo asalariado y como consecuencia de eso, da origen a un motivo adicional para emigrar.

El atractivo de las ciudades

La Finca Roja en Valencia, España constituye un conjunto de 378 viviendas para obreros construida en 1930 con un diseño de Enrique Viedma Vidal, con un patio interno de zonas comunes que incluían escuelas, parques y hasta un mercado. Los apartamentos, muy bien ventilados, constan de tres habitaciones, sala-comedor, cocina y baño. Una iniciativa que sirve de ejemplo de los atractivos de la ciudad sobre los de la vida rural en el siglo XX.

Las ciudades ejercen un atractivo muy poderoso sobre la población rural. Muy a menudo, los campesinos de todo el mundo, quedan "deslumbrados" por la vida urbana, la cual se manifiesta en la oferta de todos aquellos elementos que suelen ser más difíciles de lograr en el campo.

  • En las ciudades existe una mayor diversidad de empleo, especialmente para el sexo femenino. En cambio, en el medio rural, casi no existen empleos fuera de las actividades relacionadas con las labores agropecuarias.
  • Existe también una mayor diversidad y disponibilidad de servicios. Los centros urbanos, sobre todo los más grandes, tienen un nivel superior al del medio rural en lo que a oferta de servicios se refiere (servicios asistenciales, educativos y culturales, transporte y comunicaciones, servicios informativos, recreacionales, etc).
  • Empleo poco cualificado. Muy a menudo, las ciudades necesitan mano de obra para aquellos empleos de escasas exigencias y de menor remuneración y estos empleos tienden a ser cubiertos por los inmigrantes del medio rural. Como señalaba Clyde V. Kiser en 1967 al referirse a la inmigración en la América Latina:
En realidad, cuando los latinoamericanos piensan en la inmigración, no están pensando en obreros industriales. Piensan en trabajadores del campo y agricultores, porque estos son los que ellos desean. Como la gente de cualquier otra parte, desean que otros hagan lo que ellos mismos están poco dispuestos a hacer, en este caso, el trabajo duro de las grandes propiedades y el cultivo del campo en el interior del país.
([4]​)

Y esta idea se extiende, aún hoy, a situaciones similares en todo el mundo. Sólo que con la mayor facilidad de los medios de transporte y la disminución de la población rural a unos niveles muy exiguos, los puestos de trabajo de menores exigencias tienden a ser ocupados por inmigrantes, a veces ilegales y procedentes de países cada vez más alejados.

Las "leyes" de las migraciones

Fue E. G. Ravenstein el que primero habló de las "leyes" de las migraciones al analizar desde el punto de vista estadístico, los lugares de residencia de la población inglesa de dos censos consecutivos, a finales del siglo XIX. Desde luego, hablar de leyes en un análisis demográfico parece ser algo demasiado tajante, y por eso se indica entrecomillado el término. Esas leyes serían pues, una especie de estructuras o patrones, es decir, rasgos o características que pueden observarse mediante la comparación de los datos demográficos en los que se reflejan los cambios espaciales de la población. Sus conclusiones, que se aplican en su mayor parte al éxodo rural, fueron, en aquella ocasión,[5][6]​ las siguientes:

  1. La mayoría de los inmigrantes procede de una corta distancia.
  2. Las mujeres emigran en mayor número que los hombres.
  3. Cuando la distancia es muy grande, predomina el sexo masculino. Los emigrantes del medio rural se dirigen, cuando realizan largos desplazamientos, únicamente a las ciudades más grandes.
  4. Si la distancia es bastante grande, tiene lugar una especie de migración por etapas. En esta migración por etapas, los lugares dejados vacantes al emigrar, pueden ser ocupados por inmigrantes de áreas más alejadas. La migración por etapas suele dirigirse, finalmente, a centros poblados progresivamente mayores. Vendría a ser lo que Pierre George denomina éxodo episódico ([7]​)
  5. Las corrientes migratorias principales generan unas corrientes secundarias que suelen ser compensatorias, de menores proporciones y en sentido inverso.
  6. En el éxodo rural predomina la población joven (adolescentes y adultos jóvenes).
  7. Los nacidos en las ciudades son menos migrantes que los nacidos en el medio rural.

Consecuencias del éxodo rural

La iglesia de la aldea abandonada Novospasskoye, Óblast de Sarátov, Rusia.

En el campo

Positivas:

  • Disminuye la presión de la población sobre los recursos (que después aumenta exponencialmente en la mayoría de las ciudades).
  • Disminuye el desempleo y la miseria, aunque las ideas desarrollistas están en la actualidad en declive, ya que estudios recientes demuestran que el empobrecimiento y la miseria en la población son ahora más acentuadas en las grandes ciudades que en los pueblos (debido a fenómenos como la superpoblación y el aumento del desempleo).
  • Se reciben las remesas de dinero enviadas por los emigrantes a sus familias.
  • Mejoran las técnicas empleadas en las actividades agropecuarias, como una manera de contrarrestar los efectos de la emigración (la llamada revolución verde, maquinaria como tractores, trilladoras o cosechadoras, utilización de pesticidas, plaguicidas e infinidad de productos que muchas veces suelen tener un alto coste medioambiental.

Negativas:

  • Disminuye la vitalidad de la población (empobrecimiento demográfico, envejecimiento), desequilibrios en la composición de la población por edad y sexo, etc. Todo ello se debe a que los migrantes en el éxodo rural son personas jóvenes de ambos sexos, en edad de trabajar y de formar familia.
  • En el éxodo rural emigran, precisamente, las personas con mayor afán de superación, cuya labor en el campo podría ser más positiva que la de los que permanecen en él, que suelen ser más conservadores.
  • Se encarecen los costes de los servicios al disminuir el número de personas que reciben esos servicios. Al quedar la población de mayor edad, esta se va volviendo más reacia al cambio y no mira con buenos ojos las adaptaciones que tiene que hacer para acostumbrarse a una vida cotidiana cada vez más compleja.
  • Aumenta el costo ambiental en el medio rural al aumentar el uso de técnicas modernas de control de plagas y el uso de procesos químicos o biológicos para mejorar la producción agrícola.
  • Tradicionalmente ha existido un intento por evitar o limitar el éxodo rural y la despoblación consiguiente, tanto por parte de la población rural que desea retener los posibles emigrantes, especialmente del sexo femenino (puede verse el mito del rapto de las sabinas, por ejemplo), como puede verse en el folclore de algunos países (España, México, etc.), y en la reacción de la población urbana, que mira con recelo la especie de invasión de forasteros procedentes del campo.

En la ciudad

  • Positivas: aumenta la tasa de vitalidad de la población, ya que en el éxodo rural predominan los jóvenes. Aportes de capital, ya que muchos campesinos venden sus propiedades para crear sus propias empresas industriales, artesanales o comerciales de pequeña escala en las ciudades.
  • Negativas: competencia con la población urbana en el mercado de trabajo. Competencia en los servicios que reciben los habitantes de las ciudades. Disminuye, al menos en un primer momento, el nivel de vida de la población urbana en su totalidad, ya que abarata los costes en el mercado laboral, debido a que los campesinos suelen recibir menores salarios que los nacidos en las ciudades. Aumenta la marginalidad de parte de la población, con todas las implicaciones que ello acarrea. Suelen aumentar los precios, no solo por el mayor consumo, sino porque las remesas de los inmigrantes a sus lugares de origen generan una cierta inflación disfrazada.

La oposición ciudad - campo

La villa de Escamilla, en La Alcarria de Guadalajara disminuyó su población de 591 personas en 1960 a tan solo 40 habitantes en el 2005, debido al éxodo rural y al envejecimiento.
Antiguo centro de acopio y procesamiento de espliego para la obtención de lavanda en Escamilla, provincia de Guadalajara

Las diferencias entre el medio rural y el urbano en una fecha relativamente reciente, no eran tan grandes como ahora. Ha sido el extraordinario desarrollo tecnológico y económico del último medio siglo (aproximadamente, a partir de la Segunda Guerra Mundial) el que ha creado una diferenciación creciente entre el campo y la ciudad. La situación actual es relativamente sencilla: en los países desarrollados, la antigua inmigración procedente del campo ha venido siendo sustituida por inmigrantes (muchas veces ilegales) procedentes de países subdesarrollados, teniendo en cuenta que el término subdesarrollo suele ser un concepto relativo, que surge de la percepción del nivel de vida que tiene el que va a emigrar y de las mejoras que podría llegar a tener al llegar a la ciudad.

La gran mayoría de los habitantes de las ciudades subestiman y hasta menosprecian a los campesinos y estos, por su parte, no se adaptan a la vida urbana: cuando llegan a una ciudad grande (probablemente invitados por algún hijo u otro familiar) no suelen permanecer mucho tiempo y al final prefieren irse a su aldea y vivir solos a tener que lidiar con un mundo tan distinto al que ellos conocieron hace muchos años. La solución al problema, desde luego, sería la de mejorar la calidad de vida de las pequeñas poblaciones empleando para ello, precisamente, ese desarrollo tecnológico que muchos de los habitantes del medio rural no suelen e incluso no quieren entender.

En muchos países desarrollados, se ha querido lograr un sistema de vida que toma lo mejor de los dos mundos, el rural y el urbano. En Inglaterra, por ejemplo, muchas personas que trabajan en las grandes ciudades viven en el campo y viajan diariamente para poder tener las ventajas de los dos entornos. En los Estados Unidos, el commuting, es decir, el traslado diario entre alguna urbanización o población en el medio rural (y suburbano, con mayor frecuencia) y las grandes ciudades viene a ser algo habitual e involucra a una cantidad creciente de personas.

En España, el abandono del campo ha creado una serie de problemas bastante complejos, tanto en el medio rural como en el urbano. En La Alcarria (provincia de Guadalajara), por ejemplo, esa despoblación fue la responsable de muchos cambios y adaptaciones en la vida económica de la comarca, como el abandono de algunas actividades económicas, el surgimiento de otras que requieren menor empleo de fuerza de trabajo a cambio de la mecanización del campo, etc. Pero es muy difícil corregir este problema ya que, por ejemplo, dos actividades tradicionales de esta comarca de La Alcarria (el cultivo del espliego y la apicultura) se han venido abandonando por la competencia con otros países en un mundo muy globalizado. Además, es precisamente la despoblación la que ha creado una especie de círculo vicioso, ya que si se quisiera retomar de nuevo alguna de esas actividades (u otras) se necesitaría de una población que no existe debido a la emigración.

Para desarrollar esas regiones deprimidas por el éxodo rural, será necesario incorporar a los antiguos emigrantes, a través de políticas destinadas a una especie de rehabilitación del medio rural: fincas y huertos de fin de semana, casas vacacionales, viviendas de interés social, etc. Con el incremento de este tipo de solución, se adoptaría una medida que es muy popular en algunos países (Alemania, por ejemplo) y combatiría en cierto modo, el carácter espasmódico de la salida masiva de habitantes de las ciudades (el "éxodo urbano", como podríamos denominarlo), al hacerlo algo más estable y extendido en el tiempo ya que en España, lo mismo que se suele hacer en Italia con el Ferragosto, tanto con los movimientos de turistas extranjeros como de los nacionales, las épocas de vacaciones se vuelven bastante conflictivas por estos desplazamientos tan masivos de la población.

España Vaciada

Haciendo referencia a las zonas que sufrieron emigraciones masivas durante el denominado éxodo rural de los años 50 y 60, que actualmente abarcan el 90% del territorio español, comienza a utilizarse el término de “España Vaciada” acunado por Sergio del Molino en su libro España Vacía publicado en 2016. El concepto nace como marco reivindicativo ante el olvido de los pueblos y su supeditación al desarrollo urbano, y de hecho será el lema que se defienda en las marchas que comiencen en 2019 por la visibilización y contra el abandono de las zonas rurales, una “revuelta campesina” como ellos mismos la denominaron.[8]

La historia de la “España Vaciada” comienza en los primeros años de la Dictadura de Francisco Franco y se extiende hasta nuestros días pasando por diferentes etapas en las que van cambiando tanto la dinámica económica del país como como la concepción social del mundo rural. No es posible entender este fenómeno sin contextualizarlo en la época y la situación social que le corresponden: la destrucción heredada de la guerra civil española, el aislamiento internacional, la importante tradición rural de la población (la gran mayoría estaba empleada en el sector primario) y la tendencia modernizadora de las grandes potencias mundiales.

Con este preludio nace la primera etapa de la “España Vaciada” en los años cuarenta, el nuevo régimen manifiesta su índole conservadora con intención de preservar las formas de vida tradicionales reforzando la supremacía de las clases de terratenientes sobre el pequeño campesinado (un problema heredado del Antiguo Régimen y que necesitaba de una profunda reforma agraria), que será quien protagonice las primeras migraciones ante su imposibilidad de autoabastecerse cuando lleguen el hambre y las penurias de la temprana posguerra.[9]

Pero las aspiraciones de esta conservación de las formas de vida tradicionales tenían, por un lado, la intención de idealizar la agricultura y la vida rural en un marco armónico y pacífico al margen de los problemas que pudieran suceder en la sociedad; y por otro lado escondían el propósito mayor de supeditar el sector agrícola a la industrialización del país, un cambio que fue propiciado por el empoderamiento en los años sesenta y setenta de los llamados “tecnócratas”, quienes lideraron la modernización del país en pro del desarrollismo y la productividad alimentando la superioridad moral y cultural de las nuevas sociedades urbanas en contraste con el supuesto atraso del mundo rural y su consecuente menosprecio y acomplejamiento. Con ello la migración del campo a las ciudades se masificó despoblando el mundo rural con la esperanza de encontrar formas de vida menos precarias en las oportunidades que ofrecían los novedosos núcleos urbanos.[9]

Poco después llegará la década de los ochenta con las ciudades saturadas y sobrepobladas, el fin del régimen franquista, la entrada del país en la Comunidad Económica Europea (1986) y nuevas tendencias sociales gestándose en el panorama mundial. Todo ello hace que la sociedad en su conjunto cambie su concepto de calidad de vida hacia la idea que conservamos hoy revalorizando las tradiciones y preocupándose por conservar el medio natural, un impulso que permite a los núcleos rurales resurgir de su aislamiento reinventándose y ofreciendo oportunidades novedosas para escapar de las ciudades a través del ocio, el turismo y el rescate de las tradiciones. Esta apreciación actual por las zonas rurales despobladas de nuestro país es lo que ha permitido a la “España Vaciada” ser el centro de numerosas manifestaciones, movimientos sociales e incluso debates parlamentarios y decisiones políticas desembocando en importantes proyectos neorruralistas que motivan a la reflexión sobre el pasado y el futuro de estas tierras que han sido despobladas.[9]

Las reivindicaciones de la “España Vaciada” pasan por todas las dificultades a las que se enfrenta el mundo rural en su brecha con las condiciones de vida urbanas: la degradación del medio natural (pérdida de ecosistema, descenso de la productividad, abandono de tierras), las condiciones de vida y de trabajo precarias, la falta de mano de obra, la deslocalización del modelo de producción y consumo, y la imposición de una Política Agraria Común (PAC) europea obsoleta en muchos sentidos y centrada en la productividad y el rendimiento económico de la tierra.[10]

El abandono de los territorios hortícolas comenzó con las políticas desarrollistas de los años sesenta, estrategias de gran éxito económico a corto plazo que impusieron la mecanización del campo (con el consecuente excedente de mano de obra) e imposibilitaron la rentabilidad económica del pequeño campesinado.[11]​ La tendencia de abandono en la actualidad, aunque hereda los problemas del pasado, está muy ligada a la degradación de la calidad ambiental de la que depende el sector primario: la ganadería intensiva, la agricultura de monocultivo, el uso de fertilizantes, la deforestación, la minería, la industrialización, la urbanización y la contaminación del aire y del agua, entre otros, son los causantes de grandes problemas como la erosión de los suelos, la pérdida de fertilidad, el aumento de la acidez y la salinidad del sustrato, la desertificación, la inestabilidad del terreno, la merma de biodiversidad y el colapso de los ciclos naturales, etcétera, una situación que se descentra del autoabastecimiento e imposibilita la subsistencia de las poblaciones rurales dejando como única opción la migración a núcleos urbanos donde se asegure una mínima calidad de vida.[12][13]

A este problema de colapso ecológico se le suma el desarraigo de tradiciones rurales y el desinterés de la juventud por emplearse en el sector primario: la escasa mano de obra local no está dispuesta a aceptar las condiciones sociolaborales que se ofrecen de salarios mínimos y trabajo intensivo a la par que inestable, pues el éxito depende tanto de la prosperidad de las tierras como de la introducción de innovaciones tecnológicas y prácticas de gestión, que buscan incrementar la productividad de la agricultura al tiempo que reducen las posibilidades de empleo en la misma y la calidad del medio. La reticencia de la población local y su insuficiente mano de obra lleva a una dependencia de las empresas agrarias de mano de obra inmigrante.[14]​ 

En 2020, durante la pandemia de Covid-19 y su confinamiento estricto con el cierre de fronteras, la “España Vaciada” ha sido— y es— un punto clave para el abastecimiento de alimentos a las urbes. La situación demostró la necesidad de una mayor mano de obra local tal y como denunciaron los jornaleros, muchos huertos quedaron abandonados y sus cosechas sin recoger provocando el aumento del precio de los productos al tiempo que se esperaba la llegada de mano de obra extranjera dispuesta a realizar dichas tareas.[15]​ Con ello se ha demostrado que el sector primario, un sector ‘abandonado’, es fundamental para el país.[16]​ 

Éxodo campesino en Venezuela

En Venezuela se conoce el éxodo campesino o éxodo rural como la migración de los campesinos hacia los campos petroleros y ciudades a mediados del siglo XX hasta la actualidad, motivado esto a los cambios económicos ocurridos a partir de la segunda década del siglo XX, e incluso antes, cuando se pasó de una economía basada en rubros del campo a una economía petrolera. Ya las ciudades y pueblos petroleros no tienen el mismo atractivo para los campesinos que tenían hace tiempo, por el hecho de que la población rural ya no busca fuentes de empleo en la industria, sino en los servicios: de hecho, a escala mundial el sector servicios es el que concentra la mayor parte de la población activa.

La mayor consecuencia de esta migración es la desaparición de poblaciones rurales enteras en diversas zonas, las cuales quedaron abandonadas como pueblos fantasma. A ello se refiere Miguel Otero Silva en una de sus mejores obras: Casas muertas, ambientada en unos pueblos llaneros (Ortiz y Parapara de Ortiz), donde la emigración a las ciudades los convierte en despoblados[17]​ Y el folclore venezolano también ha producido páginas excelentes sobre la emigración de los pequeños pueblos, como "Mi nostalgia", en la voz de Lilia Vera y "Pueblos Tristes", que también interpretó originalmente Lilia Vera.[18]

Venezuela pasó de ser un país eminentemente rural (en 1936, 66 % de la población era rural) a un país altamente urbanizado, con 87% o más de la población residenciada en áreas urbanas, con Caracas, Maracaibo, Maracay, Valencia, Barquisimeto, Ciudad Guayana y otras grandes ciudades. Esta situación obedeció en un primer momento al desarrollo de la actividad petrolera, cuya exportación generó una gran cantidad de divisas que sirvieron para la inversión de recursos de capital (obras de infraestructura) en las ciudades más importantes, comenzando a incrementarse los flujos migratorios del campo a los centros urbanos. Aunque se trata de dos textos de los años 60 del siglo XX, la obra de LLOVERA, B. El éxodo rural en Venezuela, por una parte ([19]​) y la de Chi-Yi-Chen Movimientos migratorios en Venezuela ([20]​) por la otra, resultan, tanto desde el punto de vista metodológico como del conceptual, obras muy interesantes para consultar el tema de la emigración rural en Venezuela.

Ya mucho antes, desde fines del siglo XIX, cuando comenzó a incrementarse la oposición ciudad - campo en Venezuela, se podía constatar un verdadero éxodo rural hacia las grandes ciudades del país, en especial hacia Caracas, de los obreros agropecuarios de los Llanos venezolanos, como refiere Fernando Calzadilla Valdés en su obra Por los Llanos de Apure :

Tampoco el llano se ha librado de la epidemia emigratoria hacia Caracas, éxodo lamentable, pesadamente caído sobre todo el ámbito del país, restándole a las provincias venezolanas elementos de vida interesantes para el desarrollo de su progreso en general, siendo todavía más de lamentarse la no sustitución de los emigrados por otros individuos listos a llenar las vacantes cuando menos; habiendo quedado por lo tanto totalmente fuera de actividad los oficios y profesiones desempeñados por los que se fueron. Fernando Calzadilla Valdés ([21]​)

Véase también

Referencias

  1. Éxodo rural, en [vocabulariogeografico.blogspot.com/2012/02/exodo-rural_11.html]
  2. Pierre George, ‘’Diccionario de Geografía’’. Madrid: Ediciones Akal, 1991, p. 243.
  3. BREESE, G. La urbanización en los países de desarrollo reciente. México: UTEHA, 1968.
  4. KISER, Clyde V. Estudios de Demografía. Buenos Aires: Milbank Memorial Fund, 1967.
  5. RAVENSTEIN, E. G. (1885): "THE LAWS OF MIGRATION", en London: Journal of the Royal Statistical Society - vol. 48, nº. june, 1885, pp. 167-227.
  6. RAVENSTEIN, E. G. (1889): "THE LAWS OF MIGRATION", en London: Journal of the Royal Statistical Society - vol.. 52, nº. june, 1889, pp. 241-301.
  7. Pierre George. Diccionario de Geografía. Madrid: Ediciones Akal, 1991, p. 243.
  8. Ordaz, Belén Remacha, David Noriega, Ana (29 de marzo de 2019). «La España vaciada, el medio país con escasez de población y servicios que sale a la calle convertido en el centro de la disputa electoral». ElDiario.es. Consultado el 9 de enero de 2021. 
  9. a b c Entrena-Durán, Francisco (2012). «La ruralidad en España: de la mitificación conservadora al neorruralismo*». Cuadernos de Desarrollo Rural 9 (69). ISSN 2215-7727. doi:10.11144/Javeriana.cdr9-69.remc. Consultado el 9 de enero de 2021. 
  10. Pinilla, Fernando Collantes Vicente (2020). «La verdadera historia de la despoblación de la España rural y cómo puede ayudarnos a mejorar nuestras políticas». Documentos de trabajo de la Asociación Española de Historia Económica (20): 1. Consultado el 9 de enero de 2021. 
  11. Millán Pascual, R., Falquina Aparicio, A., & Compañy, G. (2019, marzo). «ARQUEOLOGÍAS DEL DESARRAIGO.UNA APROXIMACIÓN AL PROCESO DE ABANDONO Y DESTRUCCIÓN DEL RURAL: EL CASO HONTANILLAS (GUADALAJARA, ESPAÑA)». VESTIGIOS – Revista Latino-Americana de Arqueología Histórica, vol. 13, núm. 2, p. 11. 
  12. Cerdà, Artemi (2001, diciembre). «La erosión del suelo y sus tasas en España». Ecosistemas: Revista de ecología y medio ambiente, vol. 10, núm. 3, pp. 2-6. 
  13. Mora Marín, M.A; Ríos Pescador, L. Ríos Ramos, L. Almario Charry, J.L. (2017, mayo). «Impacto de la actividad ganadera sobre el suelo en Colombia». Revista Ingeniería y Región: núm. 17 pp. 2-7. 
  14. Izcara Palacios, S. (2005, diciembre). «Inmigrantes marroquíes en el sector agrario andaluz». Estudios Fronterizos, vol. 6, núm. 12, pp. 9-38. 
  15. Navarro, Juan (26 de mayo de 2020). «La odisea de esquilar ovejas a 10.000 kilómetros». EL PAÍS. Consultado el 9 de enero de 2021. 
  16. González-Cuevas, N. (2020, marzo). «La España Vaciada socorre a las metrópolis en la crisis sanitaria del COVID-19.». Revista ASAJA, núm. 409, pp. 20-24. 
  17. Miguel Otero Silva. Casas muertas. Caracas: Ediciones Monte Ávila, 1996 (la primera edición es de 1955) [1]
  18. Lilia Vera en Mi nostalgia [2]
  19. Llovera B. El éxodo rural en Venezuela. Caracas: Ediciones del Cuatricentenario, 1966.
  20. Chi-Yi Chen. Movimientos migratorios en Venezuela. Caracas: Corporación Venezolana de Fomento y The Population Council, 1968.
  21. Fernando Calzadilla Valdés. Por los Llanos de Apure. Caracas: Ministerio de Educación Nacional, 1948, p. 8.