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Plan Z (Chile)

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En Chile, el Plan Zeta es el nombre atribuido a un supuesto plan para llevar a cabo una insurrección armada, un autogolpe, por parte del gobierno de Salvador Allende. La supuesta existencia de este plan fue divulgada por los militares que perpetraron el golpe de Estado de 1973.

Los últimos archivos desclasificados de Estados Unidos demostraron que fue una operación de bandera falsa para justificar el golpe de estado del 11 de septiembre de 1973.[1]​ De cualquier forma, el Plan Z dejó su estela. Una es que en las semanas posteriores al Once se convirtió en un honor -una suerte de certificado de buen opositor para quienes habían impulsado el Golpe- aparecer en la lista de objetivos políticos. Otra es que el plan fue un tema recurrente en los interrogatorios a los detenidos, como ha dicho el abogado de derechos humanos Roberto Garretón. Ese es el cargo más grave contra el Libro Blanco: que en su afán por explicar la toma del poder por parte de los militares en razón a la existencia de un contragolpe, justificaron -consciente o inconscientemente- la represión brutal que vino después.

Antecedentes

La existencia del supuesto plan fue utilizada como una de las justificaciones del Golpe de Estado, y jugó un papel determinante en la radicalización de los militares y civiles partidarios del Régimen Militar, que temiendo ser víctimas de crímenes alevosos por los izquierdistas, impusieron la lógica de "ellos o nosotros"[2]​("ellos" nos iban a matar, pero "nosotros" nos adelantamos y le dimos el trato que nos tenían preparado).

Necesidad

Luego del Golpe de estado que derrocó a Allende, la Junta Militar enfrentó una serie de criticas internacionales. Las imágenes de La Moneda ardiendo y los arrestos masivos, han fijado la imagen de la Junta. En esas circunstancias, el general Augusto Pinochet señaló a la prensa la existencia del Plan Zeta.

Según la investigación del periodista Francisco Herreros, la existencia de este supuesto plan fue revelada el 17 de septiembre de 1973, mediante su filtración por parte del servicio de inteligencia de la Armada a Julio Arroyo Kuhn, corresponsal en Concepción de los diarios El Mercurio y Las Últimas Noticias. La noticia fue difundida en dichos medios de comunicación social.[1]

"Un plan destinado a decapitar la cúpula militar y eliminar a la oposición al gobierno de Allende, fue descubierto al parecer en los archivos del Palacio Presidencial, se informó en buena fuente"
Las Últimas Noticias
"El descerrajamiento de la caja fuerte de la Subsecretaría del Interior dejó al descubierto el minucioso plan elaborado para que se cumpliera el 17 de septiembre, a fin de asesinar simultáneamente a los jefes de las Fuerzas Armadas, políticos de oposición, periodistas y profesionales que discreparan con el gobierno depuesto"
El Mercurio.[1]

El primer anuncio oficial lo realizo el coronel Pedro Ewing Hodar, el 22 de septiembre de 1973, al denunciar el hallazgo en la caja fuerte del subsecretario del Interior Daniel Vergara, los documentos de la Unidad Popular que revelaban detalles de un golpe de estado.[2]​ Estos documentos fueron publicados el 30 de octubre por la Secretaría General de Gobierno, durante el Régimen Militar, como parte del "Libro Blanco del cambio de gobierno en Chile" preparado por el historiador Gonzalo Vial Correa con la estrecha supervisión del almirante Patricio Carvajal.

Una seguidilla de informaciones periodísticas sobre arsenales y escuelas de guerrillas, eventualmente lo "avalaron": "Comunistas y socialistas serían los ejecutores: 600 familias iban a ser asesinadas en Concepción”; “Marxistas Proyectaban la Destrucción de Limache”; “Planes Siniestros Alentaban Marxistas en Zona Salitrera”; “Otra Escuela de Guerrillas se Descubrió en Nueva Imperial”.[1]

La falsedad del plan Z quedo en evidencia cuando el General Gustavo Leigh declaro en el programa de television Humanamente Hablando de Alfredo Lamadrid : “El Plan Z no existió nunca, fue un invento de Pinochet”.

En la Sesión 35ª del Congreso , en martes 1º de abril de 1997, la senadora Maria Elena Carrera dijo en esa oportunidad: “Y me atrevo a levantar la voz aquí para manifestar que el Plan Z jamás existió. De hecho, en ninguna parte se ha encontrado una sola prueba de que haya existido”. Ningun senador de derecha se atrevió a argumentar lo contrario a la categóricas afirmaciones de la Senadora Carrera. Si el Plan Z hubiese existido con tantas abrumadoras pruebas no hubiera sido lógico que Senadores como Santiago Sinclair Oyaneder ex-Vicecomandante en jefe del Ejército presente en esa seción habrian dicho algo o el ex Ministro Sergio Fernández tambien presente?.

Supuestas etapas del "Plan Z"

El Libro blanco, en su capitulo dos [3]​, reproduce los supuestos documentos que figuraban en el Plan Z: seis hojas tamaño oficio, mecanografiadas a espacio doble, las cuales tienen un extenso número 2 cubriendo toda la página, sin dificultar su lectura. Esta sería una medida de seguridad para reconocer alguna posible copia o filtración.[4]

El documento está organizado en tres etapas del "Plan de movilización y operaciones para un golpe de estado",[3]​ las que se aplicarían en los siguientes casos:

  • Z-A: Iniciación de Golpe de Estado para conquistar el PODER TOTAL e imponer LA DICTADURA DEL PROLETARIADO contra la acción de una parte o la totalidad de las FF.AA apoyada por grupos civiles.
  • Z-B: Muerte de Allende por un atentado.
  • Z-C: Invasión externa.
Libro blanco del cambio de gobierno de Chile.[5]

El primer paso de "Zeta", independiente de los motivos que provocaran su puesta en marcha, consistía en la eliminación física de los altos mandos militares nacionales, provinciales y jefes de unidades de las "fuerzas enemigas". Los comandantes de las Fuerzas Armadas y de Orden y Seguridad, serían asesinados en La Moneda por miembros del GAP (Grupo de Amigos del Presidente - escolta de seguridad de Allende), durante el almuerzo oficial que ofrecería el gobierno con motivo del "Día de las Glorias del Ejército".

Simultáneamente, extremistas vestidos con uniformes militares, matarían a todos los oficiales en el Parque Cousiño, donde estarían formados para participar en la Parada Militar. "Las unidades militares descabezadas serán rápidamente controladas por los elementos leales que hemos logrado infiltrar en sus organizaciones".[6]

En un balcón de La Moneda aparecería Allende y anunciaría que había nacido la República Democrática de Chile. En el mástil del Palacio se izaría la nueva bandera, toda roja con una pequeña estrella.
Anatomía de un fracaso. La experiencia socialista en Chile..[6][3]

Posteriormente, se tomaría control de los cuarteles y naves de guerra por parte de células paramilitares identificados como NPE-3Z. Se cortarían las carreteras para evitar la comunicación terrestre entre las ciudades y se sabotearían las líneas férreas y aeropuertos. Se hostilizaría con guerrilleros a las tropas regulares del ejército en desplazamiento; a su paso, las atacarían bandas de mineros, campesinos, etc.[6]

Los planes anexos consistían en la eliminación física de civiles opositores al gobierno de Allende. La destrucción de edificios como la sede de la Corte Suprema, el Congreso Nacional, el diario "El Mercurio" y locales políticos opositores. La inmovilización de barrios identificados con la derecha chilena, para su posterior exilio o ejecución, junto a la puesta en marcha de sistemas de seguridad para la protección de Allende y dirigentes nacionales de la Unidad Popular.[6]

Origen

Según el Libro blanco, el Plan Z fue entregado a los máximos dirigentes de la Unidad Popular el 25 de agosto de 1973. Sobre quienes elaboraron Zeta, se especula que fue por:

  • El MIR, "comisionado" por la UP.;[4]
  • Una "Comisión Permanente de Seguridad" de la UP, que propuso operativos desde la guerra civil, sabotajes, fichajes de oficiales militares, de civiles y de dirigentes políticos.[4]

Autenticidad

Quienes aprobaron el derrocamiento de Allende, se basaban en su creencia en la existencia de grupos combatientes de extrema izquierda que pretendían llevar el país a una dictadura comunista. Así algunos dirigentes de la Democracia Cristiana, como Patricio Aylwin en una entrevista señalaron: "Nosotros tenemos el convencimiento, de que la llamada vía chilena de conducción del socialismo, que empujó y enarboló como bandera la Unidad Popular, y exhibió mucho en el extranjero, estaba rotundamente fracasada, y eso lo sabían los militantes de la Unidad Popular y lo sabía Allende, y por eso ellos se aprestaban a través de la organización de milicias armadas, muy fuertemente equipadas que constituían un verdadero ejercito paralelo, para dar un autogolpe y asumir por la violencia la totalidad del poder, en esas circunstancias, pensamos que la acción de las fuerzas armadas simplemente se anticipó a ese riesgo, para salvar al país de caer en una guerra civil o en una tiranía comunista.".[7]

Quienes rechazan las denuncias del Libro blanco, señalan en que este incurre en muchas contradicciones:

  • Los documentos son presentados como un plan, pero ni siquiera en el Libro blanco aparecen especificados quienes y como, con que armas, qué medios de transporte y que jefes ejecutarían las supuestas acciones.[2]
  • Según la prensa y la televisión post golpe, el Plan Z sería ejecutado en Arica el día 17 de septiembre en la parada preparatoria. Mientras, el Libro Blanco señala como fecha de ejecución del plan el 19 de septiembre.[2]
  • En 1997, el ex-director de El Mercurio Arturo Fontaine afirmaría no tener clara la autenticidad o fraude de los documentos, "No tengo ninguna prueba de que haya existido el Plan Z. En ese momento se daba como un hecho cierto. Para mí es hoy una incógnita".[1]
"Los esfuerzos de propaganda del régimen buscaron crear -con el apoyo de los medios de comunicación partidarios, que amplificaban la versión oficial de los hechos- un clima de opinión favorable a la aplicación de acciones punitivas. Resulta ilustrativo el presunto Plan Z, que habría definido genéricamente las víctimas en la mira de la izquierda abocada a la conquista del poder total por medio de la fuerza, y que evidencia, por parte de los militares y de sus colaboradores civiles, la pretensión de disculpar las medidas represivas, así presentadas como actos de legítima defensa. El Plan Z destacaba entre los alarmantes hallazgos consignados en el Libro blanco del cambio de gobierno en Chile, obra redactada para suscitar apoyo emocional al golpe militar y sus consecuencias, ilustrada con fotos del "armamento de guerra pesado y liviano encontrado por las fuerzas militares y de orden en los arsenales de la Unidad Popular". Este libro, cuyas revelaciones nunca han podido ser validadas empíricamente, presentaba al pronunciamiento militar como la oportuna y justa reacción al inminente autogolpe de la Unidad Popular"
Capítulo 3 del Informe de la Comisión Valech.[8]
"Fue una gran maniobra de guerra sicológica. Yo no sabia la existencia del Plan Z y era funcionario de la Junta de Gobierno y, por lo tanto, tendría que haber sabido. Cuando vi el Libro Blanco que contiene el Plan Z, no me intereso mirarlo porque reconocí que eran papeles y fotos que había visto con posterioridad al 11 de septiembre en el Ministerio de Defensa. Eran todos los documentos que se habían juntado en todos los allanamientos en las sedes de los partidos políticos en Santiago. Estaban en una pieza llena de fotos de actas de los partidos marxistas. De allí se debe haber seleccionado un material especial... Yo tengo la impresión que la gente encargada de las operaciones de inteligencia discernieron que era conveniente generar un elemento de justificación del pronunciamiento militar para convencer a la población civil que los habían salvado. Entonces, se hizo este libro y se produjo —incluso— un efecto social. Había gente que decía con cierto orgullo: Ah, yo estaba en la lista de los que iban a matar y eso generaba un cierto estatus... Este libro, le repito, es producto de una campaña de guerra sicológica"[2]

José Toribio Merino

A fines de julio de 1973 , en una reunión en Valparaíso, en la Escuela dc Infantería de Marina, cuyo comandante era el vicealmirante Sergio Huidrobo, el vicealmirante José Toribio Merino, jefe de la Primera Zona Naval con asiento en Valparaíso, planteó la tesis de que “públicamente, nuestra acción debe conocerse coma la de un golpe blanco contra un golpe rojo" [9]​ .

El mismo vicealmirante Merino era quien había planteado su acuerdo con los asesores navales del Pentágono [9]​ , en el sentido que “la acción punitiva" militar deberia ser "rápida, drástica y fulminante", argumentando que, segú él pensaba por los informes de la Inteligencia Naval, bastaba con que “en las primeras 24 horas de la acción demos de baja a tres mil activistas marxistas, apresemos a otros tres mil y expulsemos del país a unos tres mil dirigentes politicos”. Esta síntesis del plan de acción militar contra el régimen constitucional, esgrimida por Merino, fue conocida después por los altos mandos conspiradores como "la teoría de los tres tercios". [9]

El Libro Blanco

A los miembros de la Junta les indignan las versiones sobre la situación del país en el extranjero. En pocos días, las imagenes de la Moneda ardiendo quedan en el subconsciente colectivo mundial . Pero los militares deciden contraatacar [3]​. El 30 de octubre de 1973, en una ceremonia oficial, el coronel Pedro Ewing Hodar, el nuevo secretario general de Gobierno, presentará el Libro Blanco del Cambio de Gobierno en Chile [3]​ , que en los planes iniciales se enviará a líderes de opinión de todo el mundo. Pero todavía no estaba escrito. Ninguno de sus autores, reconoce su participación. Sobre tdo ahora que se sabe fue una mentira gigantesca que justificó la mayor parte de los abusos cometidos por la Dictadura Militar. La excepción es el historiador Gonzalo Vial Correa [3]​ , quien en 11 de septiembre de 1973 dirigía la revista Qué Pasa[3]​ . Sede opositora dura a Allende , era del Grupo Portada [3]​ , una empresa formada a fines de los `60 de propiedad , entre otros, de los economistas Emilio Sanfuentes y Pablo Baraona [3]​ . Creada en 1971, la integraban también los abogados Cristián Zegers, Jaime Martínez y Hermógenes Pérez de Arce. La versión que ha dado Vial es que él, a través de intermediarios, planteó a la junta la necesidad de escribir un libro blanco para explicar los motivos del "pronunciamiento". Hoy se sabe que quien recibió el ofrecimiento fue el almirante Patricio Carvajal[3]​ , pieza central del golpe y primer ministro de Defensa del régimen. Vial comenzó a trabajar, y lo hizo con sus hombres del Grupo Portada. Todos ellos, afirma Hermógenes Pérez de Arce, "pueden considerarse coautores" del texto. El texto fue monitoreado desde Odeplán[3]​ . En la Oficina de Planificación había sido nombrado Roberto Kelly, ex oficial de la Armada y uno de los hombres que había planificado con Merino el golpe. Vial pidió que le entregaran documentos secretos de la UP, que habían ido surgiendo de La Moneda y la residencia presidencial de Tomás Moro, así como de allanamientos. Su afán era, según ha dicho en privado, que el libro tuviese una cuota de novedad que lo volviera más interesante. En esas gestiones surge hoy un nombre nuevo: José Radic Prado, ex capitán de la Armada, amigo de Kelly [3]​ . El personaje, que años después sería nombrado subsecretario de Pesca, ocupaba el cargo de jefe administrativo de Odeplán. Pero su rol principal era, más que eso, servir de "enlace" entre los militares y los editores de Qué Pasa[3]​ . Para obtener los papeles, Radic contaba con una orden firmada por Carvajal. Hoy, con 80 años, recuerda haber conseguido documentos en unidades militares, la CORFO, y el Banco Central. Uno de los documentos era una carta falsificada de Fidel Castro a Allende, que luego entraría en el libro[3]​ "Pedía los documentos y se los enseñaba a Gonzalo Vial, que trabajaba mucho en su casa, recuerda. [3]​ Vial, que también concurría a Odeplán a hablar con Radic y consultar los papeles almacenados en una oficina, trabajaba con varios colaboradores. Uno de ellos era Fernando Bravo Valdivieso, abogado asesor de El Mercurio y cercano a Hernán Cubillos[3]​ . Cada capítulo terminado caía en manos de Radic, quien se los mostraba al almirante Carvajal. Este pedía correcciones, antes de autorizar su publicación. El 22 de septiembre de 1973 , el coronel Ewing llamó a los periodistas al Ministerio de Defensa. Junto al secretario de Prensa de la junta, Federico Willougby, anunció el hallazgo del Plan Z. Se trataba de un documento encontrado, supuestamente, en la oficina del subsecretario del Interior de Allende, Daniel Vergara. Era un plan que buscaba llevar a cabo un contragolpe el 19 de septiembre, el día de la Parada Militar. La operación, según los uniformados, contemplaba eliminar a los comandantes en jefe de las FF.AA., así como a una veintena de líderes de la oposición. El objetivo, decía Willougby, era "desatar la guerra civil". Pero la prensa no publicó los documentos ni las nóminas. Willougby descartaría plenamente econ posterioridad dicho Plan denunciandolo como una falsedad.

La existencia del documento, sin embargo, llegó a oídos de Vial. El historiador ha dicho en privado, para desmentir que el Plan Z fuese una pieza de propaganda falsa, que él y sus colaboradores tuvieron que insistir ante Radic para conseguir la autorización de publicarlo. Es decir, que el tira y afloja demostraría que no les fue "sembrado" por la Armada. Lo cierto es que los autores del Libro Blanco no consiguieron su objetivo: en la versión final del texto, sólo podrán narrar someramente los detalles del Plan Z.

"Por hallarse en investigación, y para no comprometer la seguridad de las personas señaladas como víctimas, ni las diligencias de individualización de los comandos asesinos (que en el plan se especificaban sólo con apodos), no puede aún ser detallado", justificaron los autores en el capítulo titulado "El Autogolpe de la Unidad Popular". [3]​ Los documentos con los "comandos", así como las supuestas nóminas de personas a ser asesinadas, nunca se publicaron, ni tampoco se conoció el resultado de una investigación al respecto. Eso ha hecho que muchos duden no sólo de la posibilidad de que alguien fuese a efectuar una operación de esas características, sino también de la existencia misma de los documentos.[3]

La CIA

La CIA recibió también información sobre el "Plan Z", supuestamente elaborado por la coalición de la Unidad Popular de Allende a fines del Gobierno de éste para asesinar a figuras importantes del medio político y militar opuestas a su agenda de izquierda. Cuando afloraron por primera vez las alegaciones de la existencia del "Plan Z", la CIA señaló que probablemente se trataba de una desinformación manipulada por la Junta para mejorar su imagen [10]​y ofrecer una justificación de sus actividades[10]​ . Las acusaciones de que los informes sobre el "Plan Z" formaban parte de una operación conjunta entre la CIA y Chile no son ciertas [10]​, si bien oficiales del ejército con quienes la CIA tenía contacto antes del golpe de 1973 participaron en la redacción del "Libro Blanco" [10]​, en el que las alegaciones de la existencia del "Plan Z" constituían una pieza central [10]​.

Estados Unidos desmiente su existencia

Los informes de Estados Unidos desclasificados sobre la represión en Chile desmienten el principal argumento usado por los militares para justificar el derrocamiento del gobierno constitucional de Salvador Allende, en 1973. Según algunos de esos documentos secretos, nunca existió un denominado Plan Zeta[10]​, por el que militantes armados de izquierda habrían pretendido tomar el poder y acabar con las instituciones democráticas.Así lo informó el diario La Nación, basándose en el análisis de los documentos de los archivos secretos de Estados Unidos entregados en Santiago y Washington por veinte funcionarios de la Cancillería de Chile [10]​.El supuesto Plan Zeta era una operación militar de partidarios de la Unidad Popular -la coalición que sostenía a Allende- que pretendía instaurar una dictadura de izquierda con apoyo de la guerrilla internacional, según afirmaban los militares que acompañaron a Augusto Pinochet en su golpe, el 11 de setiembre de 1973.La operación también preveía el ingreso ilegal de armas al país para apoyar a la guerrilla con la intención deliberada de sumir a Chile en el caos. Tras el golpe de septiembre de 1973, la CIA suspendió la financiación para nuevas operaciones encubiertas pero continuó con algunos proyectos de propaganda ya en marcha, incluyendo ayuda para los medios de comunicación comprometidos con generar una imagen positiva de la Junta Militar. Individuos chilenos que habían colaborado con la CIA pero que no actuaban bajo la dirección de la misma contribuyeron a la preparación del "Libro Blanco", un documento con el que se buscaba justificar el derrocamiento de Allende. Contenía la alegación de que los militantes de izquierdas tenían un plan secreto, el "Plan Z", para asesinar al alto mando en los meses anteriores al golpe, cosa que la CIA creyó ser probablemente una desinformación proveniente de la Junta.

Es más: los muchos Planes Zeta que han existido han sido TODOS de Inteligencia Naval. El verdadero creador del Plan Zeta dejó su firma: Fue un Oficial de Inteligencia Naval. La Oficina de Inteligencia Naval de Estados Unidos se enseñoreó en Valparaíso en los dias previos al golpe y a nivel mundial está claro de que fue un golpe naval el de 1973.

Seres como Charles Horman pagarían con su vida por haberse dado cuenta.

Otros planes Zeta

El Plan Z fue el rearme naval de Hitler , y fue la pesadilla de la Oficina de Inteligencia Naval en los 30 y 40 [11]​ Las armadas con doctrina naval angloamericana dentro de las cuales se cuentan la chilena y la argentina usan la referencia Plan Z para actividades cubiertas como la mision secreta naval argentina a la Antartida [12]​ o la operacion naval japonesa de de ataque a Pearl Harbor[13]​, tambien de Inteligencia Naval se llamo PLAN ZETA Frente a la antigua doctrina naval japonesa consistente en atraer a la flota norteamericana hacia el Japón desangrándola mediante ataques submarinos para luego batirla y destruirla con los acorazados, Yamamoto, que creía en la eficacia de los portaaviones como arma ofensiva, planeó atacar y destruir la flota del Pacífico en su propia base mediante un ataque basado en los portaaviones. Venciendo las resistencias del Estado Mayor, Yamamoto diseñó y ejecutó el denominado "Plan Z", que se llevó con gran secreto. Los pilotos de los portaaviones ensayaron el lanzamiento de torpedos en aguas poco profundas y los bombarderos en picado mejoraron su precisión en una bahía similar a la de Pearl Harbour.El subconciente le jugo una mala pasada al creador de esta mentira.Fue un Oficial Naval

Véase también

Referencias

Notas
  1. a b c d e «Prensa Uniformada. Letras cómplices». La Nación (Chile). 31-12-2006. Consultado el 29-02-2008. 
  2. a b c d e «El Plan Z: La mentira que ensangrentó a Chile.» Raúl Sohr. The Clinic 11 de septiembre de 2003 págs. 54, 55.
  3. a b c d e f g h i j k l m n ñ o p q 10 episodios desconocidos del Golpe
  4. a b c d «Plan Z. El autogolpe sangriento». Revista Qué Pasa. 09-1973. Consultado el 29-02-2008. 
  5. Libro blanco del cambio de gobierno de Chile, 11 de septiembre de 1973. pág. 55
  6. a b c d e Anatomía de un fracaso. La experiencia socialista en Chile. Hernán Millas, Emilio Filippi.
  7. Patricio Aylwin en entrevista en 1973.
  8. Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura CAPÍTULO III Contexto.
  9. a b c El Plan Zeta
  10. a b c d e f g Informe Hikney sobre las actividades de la CIA en Chile
  11. El Plan Z de Hitler
  12. Misión secreta naval a la Antártica
  13. Ataque a Pearl Harbor
Bibliografía

Enlaces externos