Del protoitálico *wes-no/ā- ("vena"), y este del protoindoeuropeo *ues-no- ("de sangre"). Compárese el avéstico vaŋhu-tãt- ("sangre"), el sánscrito vásã- ("grasa"). Hay que mencionar que varían las teorías y no se ha acordado ninguna etimología segura.1 No sabemos casi nada de cómo los protoindoeuropeos podrían haber llamado a los nervios y a los vasos sanguíneos. Es probable que para esta parte de la anatomía no hubiera un vocabulario protonindoeuropeo elaborado.2
↑de Vaan, Michiel (2008). Etymological Dictionary of Latin and the other Italic Languages. Leiden: Brill. ISBN 978-90-04-16797-1.
↑J. P. Mallory y D. Q. Adams (2006). The Oxford Introduction to Proto-Indo-European and the Proto-Indo-European World. Oxford: Oxford University Press. ISBN 978-0-19-928791-8.