Pedro Santana

primer presidente constitucional de la República Dominicana
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Pedro Santana Familias, I marqués de las Carreras (29 de junio de 1801, Concepción de Hincha, Departamento Norte-14 de junio de 1864, Ciudad de Santo Domingo, Distrito de Santo Domingo) fue un hacendado, febrerista, militar, exmasón, noble y caudillo hispano-dominicano que se destaco en la guerra de independencia dominicana infligiendo derrotas decisivas a las fuerzas haitianas, se desempeñó en tres ocasiones como presidente constitucional de la República Dominicana, siendo el primero en ejercer el cargo y fue el artífice de la reincorporación de Santo Domingo a la monarquía hispánica. Fue condecorado como caballero de la Orden de Isabel la Católica y de Carlos III.

Pedro Santana
I marqués de las Carreras

Excelentísimo Sr. Teniente General don Pedro Santana, marqués de las Carreras en El Museo Universal de 1862.


1.º, 4.º y 8.º Presidente Constitucional de la República Dominicana
14 de noviembre de 1844-4 de agosto de 1848
(3 años y 264 días)
Vicepresidente Vacante
Predecesor Él mismo
Presidente de la Junta Central Gubernativa
Sucesor Domingo de la Rocha Angulo, José Caminero Ferrer, Félix Mercenario y Manuel Jimenes
Consejo de Secretarios de Estado

15 de febrero de 1853-26 de mayo de 1856
(3 años y 101 días)
Vicepresidente
Ver lista
Vacante (1853-1854)
Felipe Alfau y Bustamante (1854)
Manuel de Regla Mota (1854-1856)
Predecesor Buenaventura Báez
Sucesor Manuel de Regla Mota

28 de julio de 1858-18 de marzo de 1861
(2 años y 233 días)
Vicepresidente Antonio Abad Alfau
Predecesor José Desiderio Valverde
Sucesor Él mismo
Gobernador Superior Civil y Capitán General


1.º Gobernador Superior Civil y Capitán General de la Provincia de Santo Domingo
18 de marzo de 1861-20 de julio de 1862
(1 año y 124 días)
Monarca Isabel II
Presidente Leopoldo O'Donnell
Predecesor Él mismo
Presidente Constitucional de la República Dominicana
Sucesor Felipe Rivero y Lemoine


4.º Presidentes de la Junta Central Gubernativa de la República Dominicana
16 de julio de 1844-14 de noviembre de 1844
(151 días)
Predecesor Francisco del Rosario Sánchez
Sucesor Él mismo
Presidente Constitucional


1.º Jefe Supremo de la República Dominicana
30 de mayo de 1849-23 de septiembre de 1849
(116 días)
Predecesor Manuel Jimenes
Presidente Constitucional
Sucesor Buenaventura Báez
Presidente Constitucional


Senador del Reino
por Santo Domingo
18 de octubre 1861-14 de junio de 1864
(2 años y 240 días)


General en Jefe del Ejército Libertador Dominicano
18 de julio de 1849-18 de marzo de 1861
(11 años y 273 días)

Información personal
Nacimiento 29 de junio de 1801
Bandera de Francia Concepción de Hincha, Departamento Norte, Colonia de Saint-Domingue, República Francesa
Fallecimiento 14 de junio de 1864
(62 años)
Bandera de España Ciudad de Santo Domingo, Distrito de Santo Domingo, Provincia de Santo Domingo, Imperio Español
Causa de muerte Inflamación cerebral
Sepultura Panteón de la Patria Ver y modificar los datos en Wikidata
Residencia Santa Cruz del Seybo y Ciudad de Santo Domingo
Nacionalidad
Ver lista
Francesa (1801-1809)
Española (1809-1821)
Dominicana (1821-1822)
Haitiana (1822-1844)
Dominicana (1844-1861)
Española (1861-1864)
Religión Católica
Familia
Padres Pedro Santana
Petronila Familias Carrasco
Cónyuge
Ver lista
Información profesional
Ocupación Político Ver y modificar los datos en Wikidata
Años activo (18441864)
Rama militar Ejército Libertador
(1844-1861)
Ejército Real
(1861-1864)
Rango militar Teniente General
Conflictos

Guerra de Independencia Dominicana

Revolución del 7 de julio de 1857

Guerra de Santo Domingo

Título Don
Excelentísimo Señor
Partido político Conservador
Miembro de Francmasonería (1857-1861)
Distinciones Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden Americana de Isabel la Católica
Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden de Carlos III
Firma

Firmaría el manifiesto del 16 de enero y proclamaría la independencia de la República Dominicana el 25 de febrero de 1844, asumiría la jefatura del ejército libertador dominicano en el sur y comandaría la batalla del 19 de marzo donde saldría derrotado el ejército haitiano. Dirigió un golpe de estado contra la Junta Central Gubernativa y se convirtió en presidente de ella. Durante su Gobierno se promulgaría la primera constitución del estado, se le designaría como el primer presidente constitucional de la República Dominicana y renunciaría en 1848.

En 1849 el Congreso de la República Dominicana le encomendó repeler la hasta entonces exitosa invasión del presidente haitiano Faustino Soulouque y le vencería en la batalla de Las Carreras, seguidamente depondría al presidente Manuel José Jimenes González y ejercería la jefatura del Estado bajo el título de jefe supremo hasta que se designara el nuevo presidente que terminaría siendo Ramón Buenaventura Báez Méndez. El Congreso Nacional le otorgaría el cargo de General en Jefe de los ejércitos de la República Dominicana y el título de Libertador de la Patria por su victoria en Las Carreras.

En 1853 retomaría la presidencia, promulgaría una nueva constitución en 1854, conseguiría el reconocimiento de la independencia de la República Dominicana por muchos países y en 1856 nuevamente renunciaría. Medio año después de renunciar al cargo fue desterrado del país por el presidente Buenaventura Báez Méndez pero volvería meses después tras iniciarse la guerra civil, uniéndose en el bando alzado y días después acabada la guerra volvería a hacerse con la magistratura del estado cuando consiguió deponer al presidente José Desiderio Valverde Pérez en 1858.

En 1861 durante su última presidencia constitucional proclamó la anexión de Santo Domingo a la monarquía española, convirtiéndose en el último presidente de la Primera República, pasando a ser el trasantepenúltimo Gobernador Superior Civil y Capitán General de Santo Domingo. También se le nombraría como Senador del Reino.

En 1862 la reina Isabel II de las Españas le otorgó el título del marquesado de las Carreras por la reincorporación de Santo Domingo a la nación española.[1]

Primeros años

Nacimiento y familia

 
Escudo de Armas de la familia Santana.

Nació el 29 de junio de 1801 en la ciudad de Concepción de Hincha (la tercera mayor ciudad de la antigua parte española de Santo Domingo), meses después de la ocupación francesa de la Capitanía General de Santo Domingo.

Sus padres fueron Petronila Familias Carrasco, de origen canario, y de Pedro Santana, un indígena oriundo de México (Nueva España), reconocido en la reconquista de Santo Domingo por haber perseguido al Gobernador General de Saint-Domingue, el General Jean-Louis Ferrand, tras su huida de la batalla de Palo Hincado durante cuatro horas hasta su suicidó, tras lo cual Santana decapitó su cadáver que se llevó a Santa Cruz del Seybo y le entregó la cabeza al Brigadier Juan Sánchez Ramírez como trofeo y en 1818 fue nombrado comandante por el Gobernador y Capitán General de Santo Domingo, Carlos de Urrutia y Montoya. Ambos cónyuges eran propietarios de tierras en el valle del Artibonito.[2]​ Tuvo un hermano gemelo llamado Ramón y otro hermano llamado Florencio, que era discapacitado (mudo, demente y paralítico).[3][2]

Los terribles sucesos de los que la región cercana a Concepción de Hincha fue teatro finales del siglo XVIII determinaron que su familia que era una de las más mejor acomodadas se trasladara al Cibao y luego radicándose en la villa Santa Cruz del Seybo, donde finalmente se dedicarían a la ganadería.[4]

Juventud y matrimonio

Siendo muy joven tuvo por primer novia a María del Carmen Ruiz, apodada como Maruca, mujer muy hermosa, simpática y que amaba mucho a Santana. Ya para cuando estaba preparado todo para su matrimonio, María Ruiz iría rumbo a Salvaleón de Higüey para pagar una promesa a Nuestra Señora de la Altagracia y cuando regresaba a Santa Cruz del Seybo se asustó su caballo en lugar llamado Cuesta Prieta, Ruiz se estrelló contra una roca y murió. La muerte de su prometida causó que Santana casi perdiera la razón y cada vez que él visitaba Santa Cruz del Seybo iba al cementerio a prender velas en la tumba de la que había sido su novia.

Su hermano Ramón para alejarlo de aquella pena decidió llevarse consigo a Pedro todas las noches a la casa de Micaela Antonia Rivera de Soto, viuda del capitán de milicias Miguel Febles Valenilla (uno de los hombres más ricos de la parte española) y madre de Froilana Febles Riverala, la esposa de Ramón. Pedro se terminaría enamorando de la suegra de su hermano y se casó con ella en 1828. Este matrimonio fue muy infeliz pero le otorgó a Pedro poder e influencia en el sureste de la parte española.[5]

Conspiración independentista

El 3 de mayo de 1843 fue reclutado Ramón por Juan Pablo Duarte y Díez para la conspiración que buscaba la separación de Santo Domingo de la República Haitiana, nación que había ocupado la parte española desde 1822. Por medio de Juan Esteban Aybar se le comunicaría a Pedro el plan independentista y se le pediría cooperación. Pedro contestó:

Sí, yo estoy dispuesto a contribuir a la Revolución, pero yo mando.
Pedro Santana

Debido un conflicto con la familia haitiana Richiez el nuevo presidente de Haití, Charles Rivière-Hérard, obligaría a los hermanos Santana ir a la Ciudad de Santo Domingo frente a la Plaza de Armas, desde entonces los hermanos Santana tenían que asistir diariamente al Palacio. El presidente Charles Hérard al conocer a Pedro dijo ante sus oficiales que podría ser el único capaz de intentar un movimiento de separatista. El presidente Hérard dictó que los hermanos Santana fueran apresados pero estos luego evadieron a sus vigilantes y lograron escaparse a Sabana Buey, a las cercanía de la villa de Baní, logrando esconderse en Los Médanos, en una propiedad de la pareja Luís Tejera y Rosa Pimentel. De allí pasaron a Loma del Pinto. El presidente Hérard ofreció una recompensa de doscientos gourdes por la delación de ambos.

José Contreras fue enviado a Santa Cruz del Seybo para que los hermanos Santana firmaran el manifiesto del 16 de enero de 1844.[6]

Primera Campaña

Inicio de la Campaña: Este a Sur

Toma del Este

El día 25 de febrero durante la noche la gente de la Candelaria, Magarín, Isabelita, San Francisco y de la Higuera, bajo el mando de Pedro penetraron en la población por el lado del Cementerio y por Asomante, asaltaron la Comandancia de Armas de Santa Cruz del Seybo y apresaron al comandante Félix Richiez. Los haitianos se llenaron de pavor y los muertos rodaron sobre las calles erizas de guijarros. Ramón, movido de compasión grito no maten más. Proclamaron por primera vez la independencia dominicana frente a la vieja Iglesia del pueblo y también pronunciaron las villas de Salvaleón de Higüey, San José de Los Llanos y Hato Mayor del Rey. Pedro se referiría a dicho sucesos así:[7][8]

todo el mundo sabe, que no tuvimos otros, que las persecuciones, calumnias y atropellamientos. Yo mismo (como otros muchos) os lo compruebo, recordandoos que despues que adherido à su causa, hice pronunciar las comunes de Higuey, Seybo y Llanos que les hubieran sido imposibles contar con ellas, cuanto obtuve, fue persecucion y desprecio; y estas mismas comunes que tan de buena fé como yo, procedieron, se pusieron bajo el duro mando de los suyos para que las oprimieran y subyugaran mas y mas.
Pedro Santana

Marcharon los hermanos Santana al frente de 600 lanceros con dirección a la Ciudad de Santo Domingo, ciudad que también se declaró en insurrección luego de que los rebeldes tuvieran la seguridad de que las tropas de los hermanos Santana marchaban hacia allá. La noticia fue comunicada en la ciudad por José Cedano y tres seybanos.

Entraría el día 28 en la madrugada a la Ciudad de Santo Domingo.

El 7 de marzo la Junta Central Gubernativa, presidida por Tomás Bobadilla y Briones, lo nombró Jefe de la Armada Expedicionaria de la Frontera Sur, dándole el derecho de reclutar hombres en edad de integrarse a la milicia.[9]

El día 9 de marzo la Junta Central Gubernativa fue convocada de urgencia para conocer sobre la reconquista del presidente Hérard y tomar los preparativos correspondientes, para la defensa del territorio bajo posesión del Gobierno revolucionario. En aquel ambiente tenso el presidente Tomás Bobadilla pregunto que:

cuál de los presentes se brinda a comandar las tropas dominicanas para tratar de repeler la invasión.

Todos los asistentes quedaron callados. El presidente Bobadilla repetiría la misma pregunta y nuevamente ninguno respondería. Entonces del fondo de la sala el General de Brigada Pedro Santana Familias respondió Si no hay quién vaya yo voy, mi ejército me acompaña.

Expedición al Sur

El 14 de marzo de 1844, el General Pedro Santana salió hacia la frontera con un ejército de 2000 hombres, entre los que contaba hateros y monteros de Santa Cruz del Seybo, Hato Mayor del Rey y Salvaleón de Higüey.

Pedro Santana y sus hombres se unieron a las tropas de la región Sur que estaban comandadas por Manuel de Regla Mota, Antonio Duvergé, Vicente Noble y José María Cabral, reunidos todos en Azua.

El 16 de marzo, los dominicanos recibían la noticia de que el general haitiano Souffront llegaba a Neyba con 10 000 soldados. Un mensajero enviado al general Pedro Santana, desde El Maniel, informaba que el ejército haitiano “invade ya el territorio”. Pedro Santana se entera así de que las tropas de Souffront han sido retrasadas por las emboscadas, pero las tropas de Charles Rivière-Hérard ya se encontraban cerca de Azua.

Azua

A las tropas que ya estaban al principio en el campo de combate, se unieron más refuerzos recibidos desde la ciudad de Jacmel, que era la zona que más soldados había “aportado al ejército haitiano en esta campaña”. La llegada de estos refuerzos indicaba que los haitianos sabían la disposición de ser enfrentados por parte de los dominicanos.

Las operaciones del ejército dominicano estaban bajo el control superior del general Pedro Santana. Se hizo acompañar del general Antonio Duvergé, quien estaba encargado de velar por los diferentes flancos durante la batalla. Antonio Duvergé contó con refuerzos llegados desde Baní y de la misma Azua. El ejército dominicano combatió con dos cañones, uno manejado por Francisco Soñé y el otro por el teniente José del Carmen García.

Otros militares que combatieron fueron los fusileros Vicente Noble, Valentín Alcántara, Marcos Trinidad, Hipólito Garabito y un contingente de macheteros entrenados por Francisco Soñé, colocados en el lado derecho. En la retaguardia estaba Nicolás Mañón con 200 hombres en el Fuerte Resolí.

Al centro de la defensa dominicana, una pieza de artillería y el grueso de las tropas de hateros y monteros, comandados por Juan Esteban Ceara, Lucas Díaz, Luis Álvarez, en donde también se encontraba el general Pedro Guillermo.

A la izquierda, otra pieza de artillería y los fusileros Feliciano Martínez, José Leger y Matías de Vargas.

Los haitianos atacaron por los caminos de los Conucos, en el ala izquierda dominicana. Allí fueron enfrentados por Matías de Vargas, Feliciano Martínez y José Leger.

El ala norte del ejército haitiano, que iba avanzando por el camino de El Barro, se tropieza con las tropas fusileras de Antonio Duvergé y Vicente Noble. Los macheteros de Nicolás Mañón, que se encontraban en la retaguardia de esta posición, los rechazan en el Fuerte Risolí. El ataque provocó la huida de los invasores en desbandada y una mortandad mayúscula.

El éxito fundamental de la batalla, ideada por Antonio Duvergé y Francisco Soñé, (recordemos que Santana llegó a Azua el día 18 cuando ya el campo de batalla estaba dispuesto y cuando habían tenido lugar las refriegas de la Fuente del Rodeo, Las Hicoteas y el Paso del Jura), se basó en la estrategia de hostigar hasta lograr retrasar al enemigo y alejarlo de los lugares donde pudieran encontrar provisiones para mantenerse en el campo de batalla.

Interludio en Sabana Buey

 
Los Generales de Brigada Duarte y Santana en Sabana Buey.

El 19 de marzo por la tarde las tropas dominicanas, tras una acelerada reunión, se retiran a Sabana Buey y dejan sin defensa el campo de batalla en Azua. La retirada de Pedro Santana, provocó que el Gobierno Dominicano convocara una junta de guerra, en la cual se entrevistaron con Pedro Santana el presidente de la junta Tomás Bobadilla y Briones, y los generales Antonio Duvergé, Buenaventura Báez y Francisco Soñé.

Discutieron sobre la retirada de Pedro Santana y explicaron los inconvenientes que esto originaba, debido a que las fuerzas militares a partir de este momento, se reducirían. Pedro Santana argumentó que era una retirada estratégica para preservar la existencia de su ejército. Mientras se encontraban reunidos, llegó la desagradable noticia de que el general haitiano Souffront se acercaba desde Neyba con un ejército poderoso. Esta situación, provocó el primer enfrentamiento de Juan Pablo Duarte con Pedro Santana, quien era partidario de combatir en contra de los haitianos. Otra amenaza era la partida de Pierrot, quien había ocupado a Dajabón y de allí se organizaba para llegar a Santiago.

El 21 de marzo de 1844 en Talanquera, Pierrot fue enfrentado por el general Tito Salcedo y el 24 de marzo en Escalante.

Ya Pedro Santana exhibía sus rasgos de dictador, oponiéndose en un momento de tanto peligro para la Nación a participar con sus tropas en el combate. Algunas personas para defenderlo, han argumentado que lo hizo, para preservar sus hombres. Juan Pablo Duarte, indignado con la actitud de Pedro Santana, reaccionó solicitando permiso a la Junta de Gobierno encabezado por Tomás Bobadilla y Briones para atacar al ejército invasor.

Se vio claro que la Junta de Gobierno, sentía un gran temor de desautorizar a Pedro Santana. Además el grupo de Buenaventura Báez continuaba con su plan de protectorado o anexión a Francia, atemorizados también por la amenaza de una nueva invasión. No tenían fe en que los dominicanos podían enfrentar y ganar la batalla en contra del ejército invasor.

Estas ideas, eran contrarias totalmente a lo que Juan Pablo Duarte creía. Juan Pablo Duarte era partidario de defender el honor de la patria, sin contar con ninguna potencia extranjera. Confiaba en el valor de los dominicanos para construir su nacionalidad.

Al enterarse los haitianos de la retirada de Pedro Santana, Charles Hérard mostró una gran arrogancia. Las intervenciones del general Juan Pablo Duarte y Buenaventura Báez, trajeron como consecuencia, que Tomás Bobadilla y Briones acusara a estos generales de insubordinación y de no querer acatar las órdenes de Pedro Santana.

A su regreso a Santo Domingo, el 9 de abril de 1844, la Junta encabezada por Tomás Bobadilla y Briones, fue derrocada por los trinitarios y Francisco del Rosario Sánchez, se convirtió en el nuevo presidente de la Junta.

Matías Ramón Mella fue designado gobernador de Santiago y desde allí procedió a organizar la defensa de la ciudad de Santiago de los Caballeros, frente a la amenaza de una nueva invasión.

Primera Presidencia

Presidencia (1844-1848)

 
Retrato del General Pedro Santana. Obra de Tuto Báez.

De finales de mayo del 1844, Juan Pablo Duarte junto a José Joaquín Puello, llevaron a cabo un golpe de estado, deponiendo a la mayoría conservadora de la Junta Central Gubernativa. La nueva Junta Central Gubernativa estuvo presidida por Francisco del Rosario Sánchez. A principio de junio de ese mismo año, Pedro Santana marchó con sus tropas hacia Santo Domingo logrando destituir a Francisco del Rosario Sánchez.

El general Pedro Santana pasó a ocupar la presidencia de la Junta Central Gubernativa, siendo su primera decisión declarar a Juan Pablo Duarte, Matías Ramón Mella y Francisco del Rosario Sánchez, junto a otros trinitarios, traidores de la patria, siendo enviados al destierro. A partir de ese momento, los trinitarios quedaron separados del poder. En esta situación se inició la organización del Estado, nombrándose los primeros ministros y gobernadores, y organizándose los ejércitos e instaurándose el servicio militar obligatorio.

Al redactarse la primera Constitución de 1844, Pedro Santana ejerció presión sobre los constituyentes para que incluyeran el artículo 210 el cual establecía:

Durante la guerra actual y mientras no esté firmada la paz, el Presidente de la República puede libremente organizar el ejército y armada, movilizar las guardias de la nación; pudiendo, en consecuencia, dar las órdenes, providencias y decretos que convengan, sin estar sujeto a responsabilidad alguna.

El 27 de febrero de 1845, al conmemorarse el primer aniversario de la Independencia Nacional, Pedro Santana ordenó el fusilamiento de María Trinidad Sánchez y Andrés Sánchez, tía y a José del Carmen Figueroa, acusados de conspirar contra el gobierno dominicano.

El 9 de junio, cuando los trinitarios pasaron a presidir la Junta de Gobierno, Pedro Santana fue destituido del mando del ejército del Sur.

Seis días más tarde, falleció su hermano Ramón.[10]

En julio de 1844, Pedro Santana se presentó con su ejército en Santo Domingo y se hizo proclamar Presidente de la Junta Central Gubernativa.[11]​ En el mes siguiente, Santana expulso a los liberales del país. El 14 de noviembre del mismo año tomó el cargo de primer Presidente Constitucional de la República Dominicana.

El 27 de febrero de 1845, al conmemorarse el primer aniversario de la Independencia Nacional Dominicana, Pedro Santana ordenó el fusilamiento de María Trinidad Sánchez y de Andrés Sánchez, tía y hermano respectivamente de Francisco del Rosario Sánchez, y de José del Carmen Figueroa, acusados de conspirar contra el gobierno.

En 1847 fusiló a los hermanos Puello.

Conforme a la Constitución de 1844, el presidente Pedro Santana había sido proclamado por dos períodos consecutivos de cuatro años, por lo que debía gobernar hasta el 15 de febrero de 1852. Pero al término de su primer período la situación de crisis política y económica que vivía el país hizo que su gobierno perdiera popularidad por lo cual este argumentó quebrantos de salud, renunciando el 4 de agosto de 1848, siendo sucedido por el Consejo de Secretarios de Estado, encargado provisionalmente del poder ejecutivo entre el 4 de agosto al 8 de septiembre de 1848.

Política Exterior (1844-1848)

Protectorado (1844-1848)

El Gobierno del presidente Santana había tratado de obtener desde los primeros días de su andadura el reconocimiento o la protección de las principales potencias, aunque se dirigió a Francia en primer término debido a la existencia de un grupo pro-francés especialmente activo, que contaba además con el apoyo entusiasta de los representantes consulares de ese país tanto en la Ciudad de Santo Domingo como en Puerto Príncipe. Los componentes de dicho grupo fueron quienes ocuparon el poder desde el momento en que el presidente Santana logró controlar la situación gracias a la fuerza que le proporcionaban su prestigio militar tras las sucesivas victorias dominicanas sobre los haitianos, y un ejército compuesto en gran parte por hombres que le eran completamente fieles.[12]

Tercera Campaña

Llamado del Congreso

Tras la muerte del presidente haitiano Riché en febrero de 1847 se designo por el Senado para desempeñar el cargo al General Faustino Soulouque y el 6 de marzo de 1849 emprendió con sus tropas que ascendían a 18 000 hombres una expedición hacia la parte española con el propósito de adelantarse por una acción fulminante a las gestiones diplomáticas exitosas con que la República Dominicana daba sus primeros pasos para obtener el reconocimiento de su independencia e iniciaría su ofensiva en la villa Las Matas de Farfán que fue abandonada por los Generales Mella, Remigio del Castillo y Valentín Alcántara, seguirían los haitianos su marcha ocupando el día 20 la villa de San Juan de la Maguana que también se había abandonado.

El 2 de abril el Coronel Báez que presidia el Congreso dominicano aprovecharía que el presidente Manuel Jimenes se encontraba ausente en la Ciudad de Santo Domingo y ordenaría que el General de División Santana se pusiera como cabeza del ejército libertador con todas las fuerzas que pudiera movilizar de la Provincia Santa Cruz del Seybo pero el presidente Jimenes al retornar anularía el día 3 el decreto que le llamaba. El General de División Santana llegaría a la Ciudad de Santo Domingo cuando llego la noticia de la victoria haitiana en el asedio de Compostela de Azua que ocurrió tras ser abandonada, tras lo cual el presidente Soulouque entraría día 7 y dicha noticia causaría consternación en la Ciudad de Santo Domingo.

En un inicio el presidente Jimenes no quería que el General de División Santana fuera al combate pero la amenaza haitiana hizo que se le encomendara ir a la frontera aunque no se encontrara allá ninguna tropa. Reunió 300 seybanos de los derrotados en Compostela de Azua y saldría de la Ciudad de Santo Domingo rumbo al teatro de los acontecimientos el día 10 y se acuartelo en Sabana Buey.[13][14][15]

Las Carreras

 
Litografía de la batalla de Las Carreras.

Saldría victorioso el día 17 el General de División Duvergé en la batalla de El Número pero se replegaría a Las Carreras, rebasando el río Ocoa, donde amaneció el día 18 y entrego el mando al General de Brigada Antonio Abad Alfau.

El 19 día informaría el General de División Santana que los haitianos se encontraban frente a Las Carreras en asechanza, y hasta la madrugada del día siguiente permaneció en el cuartel general de Sabana Buey. Se le informaría que el día anterior fueron derrotadas las fuerzas haitianas en su tentativa de forzar el paso y su campamento en Las Carreras donde amanece esperando acometidas haitianas.

El día 21 los haitianos iniciaron un cañoneo con una pieza de a 12, bajando después tres piezas más, que colocadas en batería, abrieron cerrado fuego sobre las cuatro divisiones apostadas en orden de batalla por el General de División Santana, en la margen oriental del río Ocoa y los haitianos protegidos por el fuego de su artillería que no pudo ser devuelto por los dominicanos porque carecían de ella, se lanzaron a la carga concentrando el vigor de su ataque por los flancos del ejercito libertador. Bajo el cañoneo haitiano, los Generales dominicanos iniciaron el contraataque a las cinco y media de la tarde. En el momento culminante, el General de División Santana lanzo a la batalla a su escolta personal, y la caballería que mandaba el Coronel Pascual Ferrer, en imponente carga de lanceros. El presidente Soulouque iniciaría su retirada, protegido por destacamentos de retaguardia reforzada, mientras que el General de División Santana enviaría para hostilizarle guerrillas por los flancos y al caer la tarde del día 22, y durante la noche las fuerzas haitianas aterrorizadas abandonaron sus últimas posiciones en terrible desbandada. Avanzo en la madrugada en persecución de los haitianos el General de División Santana, y a las seis de la mañana del día 23, planto su campamento en El Número y dejaría una guarnición bajo el mando del Teniente Coronel Marcos Evangelista, y luego regresaría a Sabana Buey, restableciendo el cuartel general.[13]

Sublevación y jefatura suprema

Alzamiento

El 6 de mayo el Gobierno le ordenaría al General de División Santana entregar las fuerzas que mandaba y que se reintegrara al Estado Mayor de la Ciudad de Santo Domingo.

Los militares del cuartel general de Compostela de Azua comenzarían el día 9 una insurrección abierta contra el presidente Jimenes a la que se uniría Manuel de Regla Mota y el jefe de la flotilla dominicana, el Almirante sardo Juan Bautista Cambiaso, propagándose la rebelión en todo el país. El General de División Santana avanzaría rumbo a la Ciudad de Santo Domingo el día 13 expidió en su cuartel general de Baní un manifiesto desconociendo el Gobierno del presidente Jimenes y proseguiría su avance, empezando a asediar la ciudad el día 19 con tres columnas de soldados aguerridos bajo el mando de oficiales veteranos y estableció su cuartel general en Guibia donde le exigió al Gobierno como único medio de evitar derramar sangre que el presidente Jimenes deponga el mando. El presidente Jimenes lo acusaría de querer causar la guerra civil, y ordenaría que se le juzgare de conspirador y traidor a la patria.

Después de un intercambio epistolar incendiario que duro varios días, se inicia desde los fuertes de la ciudad el bombardeo sobre las villas sitiadores y que ocasiono la destrucción por el fuego de una parte de la villa San Carlos de Tenerife el día 22. Sin esperanzas el presidente Jimenes de vencer en se avino a una convención, por intermedio de los cónsules estadounidense, francés y británico que fue firmada en el cuartel general de Guibia el día 29, por el cual el presidente Jimenes renunciaba al cargo y saldría del país en el bergantín británico Hound junto a Pedro Alejandro Pina, Juan Nepomuceno Ravelo, Jacinto de la Concha, Justiniano Bobea, Tomás Troncoso, Santiago Barriento, Tomás Sánchez y el General Alcántara que desertaría del ejército libertador poniéndose bajo servicios de Haití.[13]

Jefe Supremo

 
Billete de un peso de 1849.

El General de División Santana realizo el día 30 su entrada triunfal a la Ciudad de Santo Domingo, aclamado por el pueblo y reverenciado en la exaltación de su prestigio. Asumió la jefatura del Estado como jefe supremo. Su primer decreto sería anular los rangos concedidos por Jimenes desde el 13 de abril al 29 de mayo y convocaría el 4 de junio que se eligiese un nuevo presidente, siendo electo el 5 de julio Santiago Espaillat pero el día 12 presento su renuncia al Congreso, diciendo que tomaba la decisión por razones de edad y de salud que no le permitían ser investido Jefe del Estado.[16]

Asistió el General de División Santana a la sesión extraordinaria del Congreso del día 6, y rindió cuenta de su campaña contra los haitianos, y de sus gestiones como jefe supremo. Plantearía la necesidad, y conveniencia de iniciar la guerra ofensiva contra Haití como única medida de la cual podrían esperarse resultados mas duraderos y positivos. Dicho plan a finales año fue empleado por la armada dominicana.

Nuevamente convocaría a que se eligiese un presidente y durante aquel transcurso el día 18 el Congreso le confirió el título de Libertador de la Patria, el cargo de General en Jefe de los ejércitos de la República Dominicana y una casa en la calle del Conde. También se colocaría su retrato en el Palacio Nacional junto a los de Cristóbal Colón y el Brigadier Sánchez Ramírez.

Finalmente fue elegido para la presidencia el Coronel Báez que fue sugerido por el General de División Santana pero no asistiría a la sesión del Congreso del 24 de septiembre, en la cual prestaría el juramento constitucional el Coronel Báez, alegando encontrarse indispuesto.[13]

Segunda Presidencia

Presidencia (1853-1856)

 
Ilustración del presidente Santana en Gleason's Pictorial de 1854.

El 15 de febrero de 1853 se llevaron a cabo elecciones en las que Pedro Santana ganó la presidencia para el período 1853-1857. Su nuevo gobierno no fue muy diferente al anterior, caracterizándose por ser despótico y arbitrario. En un gesto conciliador, Pedro Santana decretó una absolución para gran número de exiliados políticos, aunque entre estos no se incluyó a Juan Pablo Duarte, que vivía en Venezuela.

Pedro Santana, al igual que Buenaventura Báez, se dedicó a hacer gestiones para lograr un protectorado de Estados Unidos. España, que hasta entonces no había mostrado gran interés en República Dominicana, se preocupó por el espacio que Estados Unidos podía ganar en el país. Esto motivó que España se apresurara a firmar varios reconocimientos.

Antonio María Segovia, cónsul español, se dedicó a entorpecer las negociaciones de Pedro Santana con Estados Unidos, apoyó a los sectores enemigos del gobierno. Además, en 1856 ofreció la nacionalidad española a todos los dominicanos que la solicitaran. Una avalancha de opositores se beneficiaron de la llamada Matrícula de Segovia, pasando a actuar libremente bajo el amparo español.

Los problemas diplomáticos con España, la crisis financiera y el descenso de la popularidad de Pedro Santana hicieron que este renunciara el 26 de marzo de 1856. El vicepresidente Manuel de Regla Mota, ocupó la presidencia de la República y por un acuerdo político, Báez fue nombrado nuevo vicepresidente, para luego proceder a la renuncia del presidente, y Báez asumir el poder. Báez estaba fuera del país desde 1853 por órdenes de Pedro Santana. Buenaventura Báez retornó al país para asumir el cargo gracias a las gestiones realizadas por el cónsul Antonio María Segovia.

Política Exterior (1853-1856)

Reconocimiento internacional

Jefes de Estado que reconocieron al Estado Dominicano durante el mandato de Santana

En el Gobierno de su predecesor se había logrado el reconocimiento del estado dominicano en 1850 por parte de la reina Victoria I del Reino Unido durante el Gobierno del primer ministro John Russell, conde de Russell y en 1851 el rey Federico VII de Dinamarca se sumaria al reconocimiento de la república bajo el Gobierno del primer ministro Adam Wilhelm Moltke.

El presidente Santana siguiendo la política de conseguir el reconocimiento formal de la independencia por naciones enviaría nuevamente diplomáticos: a Europa se enviaría para que se reconociera la independencia a José Fontana para conseguirlo de parte del Reino de Cerdeña y al venezolano Rafael María Baralt para que España hiciera lo correspondiente; en América el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Manuel Joaquín Delmonte, se le encomendó ir a la Colonia de Curazao y dependencias para el tratado con los Reino de los Países Bajos, mientras que para los Estados Unidos de América estarían Bobadilla y Jacinto de Castro.

El primer Jefe de Estado con el que conseguiría estrechar relaciones diplomáticas el presidente Santana sería con el rey Guillermo III de los Países Bajos el 30 de noviembre de 1853 por medio del Gobernador de Curazao Isaac Joahnnes Rammelman. En el año 1854 reconocería la independencia dominicana el rey Víctor Manuel II de Cerdeña bajo el Gobierno del presidente del Consejo de Ministros Camillo Benso, conde de Cavour el 22 de marzo, luego el presidente de los Estados Unidos Franklin Pierce el 5 de octubre y en el año 1855 la reina Isabel II de España durante el Gobierno del presidente del Consejo de Ministros Baldomero Espartero, duque de la Victoria, duque de Morella, conde de Luchana y vizconde de Banderas el 18 de febrero. Los últimos Jefes de Estado que reconocerían la soberanía dominicana en el año 1855 fueron los alcaldes de las Ciudades Libres y Hanseáticas de Bremen y Hamburgo (miembros de la Confederación Germánica), Johann Smidt y Nicolaus Binder, siendo este tratado hecho en la República Dominicana debido a que los cónsules de dichas ciudades se hallaban en el país y se ordenaría que Domingo Daniel Pichardo firmara el tratado, siendo firmado el 12 de mayo.[17][18]

Cuarta Campaña

 
Caricatura donde don Faustino I deseoso de hacer la guerra contra sus vecinos y sin dinero para comprar armas, trae de Francia un maestro especial que les enseñó cómo pasar la pierna a un ejército enemigo.

El emperador Faustino I tenía preparada otra expedición contra la parte española y a pesar de la oposición del Reino Unido, el Imperio Francés y España, en noviembre de 1855 organizó otra vez su ejército y lo dividió en 2 cuerpos: uno comandado por el General Garat, conde de La Petite Riviere Rousseaux que saldría de Verrettes con dirección a Santa Cruz de Neyba y otro comandado por el mismísimo Faustino I que saldría de San Gabriel de las Caobas hacia Cachimán.

El presidente Santana conocedor de aquella expedición dejaría al vicepresidente Manuel Mota encargado del Poder Ejecutivo el 28 de noviembre y se trasladaría al cuartel general de Compostela de Azua para organizar la defensa. Encomendaría la defensa de la línea de San Juan de la Maguana al General de Brigada Juan Contreras y ordenaría auxiliar al General de Brigada Francisco Sosa en la villa Santa Cruz de Neyba.

El ejército libertador vencería a los haitianos el 22 de diciembre en las batallas de Santomé y Cambronal. El presidente Santana al conocer lo acontecido le comunicaría al ministro de Guerra y Marina el día 26 lo siguiente:

Señor ministro: Me cabe la gloria de anunciar al Gobierno, por el órgano de usted, que ya la nube oscura que venía cubriendo nuestro territorio, ha desaparecido enteramente; y nuestras tropas se hallan posesionadas de nuestros puntos fronterizos. De ese ejército de vándalos, el que ha escapado va bien escarmentado, pues no lleva consigo sino el pellejo; así es que hoy podemos contar con la existencia de la República Dominicana: no necesitamos de más paz, porque ya está garantizada y afianzada por el triunfo de nuestras armas: ¡Viva la religión! ¡Viva el Ejército vencedor! ¡Viva la República Dominicana!
Pedro Santana

El 26 de enero de 1856 los haitianos serían vencidos nuevamente en Sabana Larga, siendo esta la última acción que cesaría definitivamente las hostilidades del Imperio de Haití contra la República Dominicana, más esto no significaba que no se siguiera reclamando la totalidad de la parte española por el Imperio Haitiano.[19][14]

Tercera Presidencia

Presidencia (1858-1861)

 
Retrato del presidente Santana portando la banda presidencial.

En agosto de 1858 Pedro Santana dio un golpe de estado al gobierno del Presidente José Desiderio Valverde, en Santiago. Bajo este gobierno de facto que se extendió hasta enero de 1859, el general Pedro Santana procedió a reubicar la sede del gobierno en Santo Domingo y luego a legitimar su mandato, convocando a unas elecciones en las que resultaron elegidos como Presidente Pedro Santana y Vicepresidente Antonio Abad Alfau, iniciando su nuevo mandato constitucional el 31 de enero de 1859.

Durante este gobierno, el país enfrentó una grave crisis económica como resultado de la Revolución de 1857. Los cortes de madera, que eran el principal renglón de exportación, se redujeron considerablemente. La explotación era la principal forma de recaudación del pueblo dominicano, por lo que el gobierno estaba sin recursos.

Políticamente, los continuos rumores de las intenciones de una nueva invasión haitiana por parte de Faustin Soulouque mantenían en tensión al país. Las intenciones de Faustin Soulouque no se concretaron debido a un movimiento de oposición interna, encabezado por el general Fabre Geffrard, que lo derrocó en diciembre de 1858. El general Geffrard tenía una actitud diferente y ofreció garantías al gobierno de que los haitianos deseaban un entendimiento con República Dominicana.

Un problema económico, heredado por Pedro Santana de la gestión de Buenaventura Báez, era la gran cantidad de papel moneda devaluada circulante. Este dinero había sido emitido por Buenaventura Báez para estafar a los tabaqueros de El Cibao, en 1857.

Política Exterior (1858-1861)

Protectorado (1858-1861)

En 1859 el ministro de Relaciones Exteriores le manifestaría al cónsul sardo, el Almirante Cambiaso, sobre que tenía la intención de pedir la protección de Cerdeña sobre la República Dominicana y el 24 de octubre del mismo año el cónsul sardo le escribió al ministro de Negocios Extranjeros de Cerdeña sobre la idea. Dicha idea fue apoyada por los cónsules francés y británico de la República Dominicana que hicieron llegar a sus respectivos países sobre la viabilidad de aquel protectorado como solución a la supervivencia del estado dominicano desde el punto de vista económico y de su seguridad frente a Haití pero los sucesos de la unificación italiana truncaron dicho proyecto.[20][12]

Anexión

 
Gobernador Superior y Capitán General de Cuba don Francisco Serrano, duque de la Torre.

Pedro Santana siguió haciendo en secreto grandes cantidades de emisiones monetarias sin respaldo, perjudicando las finanzas nacionales. La justificación para estas emisiones era la necesidad de prepararse militarmente para resistir una posible invasión haitiana.

A pesar de las garantías ofrecidas por el Presidente Geffrard, Pedro Santana retornó sus intentos de búsqueda de un protectorado con España bajo la premisa de la inminencia de un ataque haitiano. En 1859 el general Felipe Alfau viajó a España para gestionar un protectorado con la Reina de España Isabel II. El mismo Pedro Santana escribió una carta a la reina en la que le expresaba su interés, no en un simple protectorado, sino en la anexión.

Tregua y conflicto con Haití

 
Presidente don Fabre Geffrard.

El 15 de enero de 1859 Faustino I fue destronado por el General Guillaume Fabre Nicolas Geffrard, duque de Tabara, proclamándose la República de Haití y volviéndose él en presidente de la misma. El presidente Fabre Nicolas Geffrard le ofreció espontáneamente a los cónsules británico y francés en Puerto Príncipe concluir con una tregua de cinco años con la República Dominicana y estaba dispuesto a restablecer las relaciones comerciales entre ambos países, sin embargo no era una reconciliación definitiva. El Gobierno dominicano no había aceptado la oferta de inmediato, sino que había manifestado algunas dudas acerca de cómo responder a la misma, y en vez de una tregua por cinco años se exigía por diez pero finalmente el ministro de Guerra, Marina y Relaciones Exteriores, Miguel Lavastida, comunicó al cónsul francés de la Ciudad de Santo Domingo que el presidente Santana aceptaba la proposición, respuesta que había transmitido a su homólogo en Puerto Príncipe.

En cuanto a la posibilidad de alcanzar un tratado de paz y comercio por parte del cónsul francés de la Ciudad de Santo Domingo lo consideraba difícil, debido que la República Dominicana no se querían a ningún precio relaciones comerciales por la frontera, ante el temor de una propaganda haitiana. De parte de los cónsules británico y francés en Puerto Príncipe buscaban el reconocimiento del estado dominicano pero tenían como obstáculo el artículo cuarto de la constitución de 1846 y vigente en Haití que establecía que la isla era una e indivisible.

Si bien el Gobierno haitiano había manifestado la mejor voluntad de no retomar la parte española de momento no por eso fue menos activo y eficaz el género de hostilidades que emprendió contra el estado dominicano, proponiéndose el presidente Fabre Geffrard llevar a cabo sus fines de conquista por otros medios que no habían practicado sus predecesores, y sin haber pasado un año desde la tregua dominico-haitiano el 4 de abril de 1860 el Gobierno dominicano dirigió la primera reclamación a los cónsules británico y francés por el tráfico ilícito que tenía lugar en las fronteras de Las Matas de Farfán, con el apoyo y la protección del jefe haitiano de San Gabriel de las Caobas. El nuevo ministro de Relaciones Exteriores dominicano, Pedro Ricart y Torres, informó también a los agentes europeos de que los dominicanos que explotaban sus cortes de caoba en la zona de Petit-Trou eran con frecuencia víctimas de invasiones por parte de los haitianos, que entraban en el territorio dominicano para llevarse bueyes, caballos y todo lo que encontraban. Pedro Ricart comunicó estos hechos a fin de que convenio fuese cumplido por Haití igual como lo hacia República Dominicana, y añadió que entender por armisticio simplemente como la quietud de las armas, y que mientras tanto pudieran hostilizarse las partes beligerantes por los demás medios a su alcance, sería absurdo. Haití pasaría después de sonsaca y proselitismo de las poblaciones fronterizas con objeto de hacerse amigos entre los dominicanos, y así facilitarse el medio de invadir la parte española con probabilidades de buen éxito. Tales razones habían llevado al Gobierno dominicano a movilizar sus tropas con el presidente Santana a la cabeza para poner fin a aquella situación. Los haitianos además con promesas y dinero hicieron desertar a los Generales dominicanos Domingo Ramírez y Morillo, quienes obedeciendo a las pretensiones haitianas se sublevaron en sus puestos de mando pero fueron reprimidos por el Gobierno dominicano.[17]

Gabinete (1858-1861)

  
Ministerios del Tercer Gobierno de
Pedro Santana
Cartera Secretario Período
Ministerio de Interior, Policía y Agricultura Domingo de la Rocha
Jacinto de Castro
Felipe Dávila Fernández de Castro
30 de julio de 1858 - 20 de julio de 1859
20 de julio de 1859 - 9 de noviembre de 1859
9 de noviembre de 1859 - 18 de marzo de 1861
Ministerio de Relaciones Exteriores Juan Nepomuceno Tejera
Miguel Lavastida
30 de julio de 1858 - 17 de agosto de 1858
17 de agosto de 1858 - 18 de marzo de 1861
Ministerio de Hacienda y Comercio José Mateo Perdomo
Jacinto de Castro
Pedro Ricart y Torres
30 de julio de 1858 - 9 de noviembre de 1859
9 de noviembre de 1859 - 11 de enero de 1860
11 de enero de 1860 - 18 de marzo de 1861
Ministerio de Justicia e Instrucción Pública Juan Nepomuceno Tejera
Francisco Xavier Fauleau
Domingo de la Rocha
Felipe Dávila Fernández de Castro
30 de julio de 1858 - 17 de agosto de 1858
17 de agosto de 1858 - 20 de julio de 1859
20 de julio de 1859 - 9 de noviembre de 1859
9 de noviembre de 1859 - 18 de marzo de 1861
Ministerio de Guerra y Marina Miguel Lavastida 30 de julio de 1858 - 18 de marzo de 1861

Gobernación de Santo Domingo

Anexión a la monarquía isabelina

 
Jura del gobernador capitán general de Santo Domingo, don Pedro Santana (1862). Obra de Wenceslao Cisneros (Museo del Prado, Madrid).

El 18 de marzo de 1861, día señalado para la proclamación de la reincorporación a la monarquía española, desde el amanecer circulaba por todos lados de las calles de la Ciudad de Santo Domingo un numeroso gentío. A las siete de la mañana en la plaza de Armas, habían personas de toda clase, y poco después empezaron a llegar las tropas para guarnecer la ciudad, sin armas, y acompañadas de sus respectivos jefes, oficiales y se presentaría el Comandante de Armas de la Ciudad de Santo Domingo con su Estado Mayor. Luego aparecería el presidente Santana y su séquito de ministros, senadores, Generales, la oficialidad y las demás personas de distinción que debían asistir al acto. Poco después se presentó el presidente Santana en el balcón principal del palacio de Justicia, desde el cual proclamaría la reincorporación al Reino de España a sus conciudadanos con la siguiente alocución:[21]

Dominicanos: No hace muchos años que os recordó mi voz, siempre leal y siempre consecuente, y al presentaros la reforma de nuestra Constitución política, nuestras glorias nacionales, heredadas de la grande y noble estirpe á que debemos nuestro origen.

Al hacer entonces tan viva manifestación de mis sentimientos, creia interpretar fielmente los vuestros, y no me engañé: estaba marcada para siempre mi conducta; mas la vuestra ha sobrepujado á mis esperanzas.

Numerosas y espontáneas manifestaciones populares han llegado á mis manos; y si ayer me habéis investido de facultades extraordinarias, hoy vosotros mismos anheláis que sea una verdad lo que vuestra lealtad siempre deseó.

Religión, idioma, creencias y costumbres, todo aún conservamos con pureza, no sin que haya faltado quien tratara de arrancarnos dones tan preciosos; y la nación que tanto nos legara, es la misma que hoy nos abre sus brazos cual amorosa madre que recobra su hijo perdido, en el naufragio en que ve perecer á sus hermanos.

Dominicanos: solo la ambición y el resentimiento de un hombre nos separó de la madre patria: dias después el haitiano dominó nuestro territorio; de él lo arrojó nuestro valor; !los años que desde entonces han pasado, muy elocuentes han sido para todos!

¿Dejaremos perder los elementos con que hoy contamos, tan caros para nosotros, pero no tan fuertes como para asegurar nuestro porvenir y el de nuestros hijos?

Antes que tal suceda; antes que vernos, cual hoy se ven esas otras desgraciadas Repúblicas, envueltas incesantemente en la guerra civil, sacrificando en ella valientes generales, hombres de Estado, familias numerosas, fortunas considerables y multitud de infelices ciudadanos, sin hallar modo alguno de constituirse sólida y fuertemente; antes que llegue semejante dia, yo que velé siempre por vuestra seguridad; yo que, ayudado por vuestro valor, he defendido palmo á palmo la tierra que pisamos; yo que conozco lo imperioso de vuestras necesidades, ved lo que es nuestro en la nación española, ved lo que ella nos concede.

Ella nos da la libertad civil que gozan sus pueblos, nos garantiza la libertad natural y aleja para siempre la posibilidad de perderla; ella nos asegura nuestra propiedad, reconociendo válidos todos los actos de la República; ofrece atender y premiar el mérito, y tendrá presentes los servicios prestados al país; ella, en fin, trae la paz á este suelo tan combatido, y con la paz sus benéficas consecuencias.

Sí, dominicanos; de hoy más descansareis de la fatiga de la guerra y os ocupareis con incesante afán ea labrar el porvenir de vuestros hijos.

La España nos protege, su población nos cubre, sus armas impondrán á los extraños; reconoce nuestras libertades, y juntos las defenderemos, formando un solo pueblo, una sola familia, como siempre lo fuimos; juntos nos prosternaremos ante los altares que esa misma nación erigiera; ante esos altares que hoy hallará cual los dejó, intactos, incólumes y coronados aún con el escudo de sus armas, sus castillos y leones, primer estandarte que al lado de la cruz clavó Colon en estas desconocidas tierras, en nombre de Isabel I, la Grande, la Noble, la Católica; nombre augusto que al heredarle la actual Soberana de Castilla, heredó el amor á los pobladores de la isla Española: enarbolemos el pendón de su Monarquía, y proclamémosla por nuestra Reina y Soberana.

¡Viva Doña Isabel II! ¡Viva la libertad! ¡Viva la religión! ¡Viva el pueblo dominicano! ¡Viva la nación española!
Pedro Santana

El 8 de agosto durante su juramentación como Teniente General, Gobernador Superior Civil y Capitán General de Santo Domingo estuvieron presentes Serrano, quien le estaba tomando juramento a Santana, Francisco P. Ricart y Torres, Jacinto de Castro, Antonio Abad Alfau, Modesto Díaz, Eusebio Puello y Miguel de Labastida, Eugenio Gómez Molinero, Antonio Peláez de Campomanes, Carlos de Vargas y Cerveto, José Malo de Molina y Fernando Arturo de Meriño.[22]

El 18 de marzo de 1861, cuando se proclamó la anexión a España, el pueblo dominicano confirmó los rumores que habían corrido durante meses. Inmediatamente empezaron a salir los manifiestos de apoyo, tal y como había sido acordado por los seguidores de Pedro Santana. Santana fue nombrado gobernador de Santo Domingo, pero pronto descubrió que las cosas no serían como él había planeado, ya que las directrices españolas tomaban todas las decisiones.

El descontento alcanzó incluso a los sectores anexionistas que no lograron conseguir los beneficios que esperaban. El mismo Pedro Santana se sentía incómodo con la pérdida de su influencia y autoridad. Alegando quebrantos de salud, renunció a su cargo el 20 de julio de 1862.

Postura de Santana

Causas por la que hizo la anexión

 
Santana portando la rojigualda como banda, fotografiado por Epifanio Billini en 1861.

El 10 de octubre de 1863 Santana desde su campamento en Guanuma le envió al ministro de Ultramar, Francisco Permanyer y Tuyet, una carta donde manifiesta cuales fueron las causas que lo llevaron a tomar la decisión de la anexión de la Provincia de Santo Domingo. En la carta Santana expresaba lo siguiente:[23]

Yo comprendí desde luego cuáles eran mis compromisos, y de lleno entré a ejercer el mando, con la patriótica intención, de realizar las esperanzas de mi pueblo, de hacerlo feliz a la sombra del pabellón español.
Pedro Santana

Últimos años

Agonía y muerte

El marqués de las Carreras desde hace años cargaba con muchas enfermedades y algunas heredadas por las fatigas de la guerra de independencia. Las certificaciones medicas de los doctores Delgado, André, Illas, Rotellini y Jacobs de agosto y diciembre de 1861, quienes le trataron durante largo tiempo decían que entre las enfermedades que padecía había fiebres inflamatorias, discrasia humoral, (de repetidos ataques de reumatismo poliarticular que le dejaron lesionados el brazo derecho y en completa parálisis los dedos anular y auricular de la mano derecha) disentería; y unas tantas veces diarreas, fiebre intermitente de diferentes tipos y desde hace más de veinte años, una gastritis inveterada.

El 14 de junio de 1864 el doctor Delgado convocaría a junta médica a varios facultativos, y el Mariscal de Campo Juan José del Villar hizo que fuera el primer médico y dos profesores de sanidad militar. Ya el marqués de las Carreras se encontraba fuera de razón y en delirio. Hasta las once de la mañana el desvarío del moribundo seguía hablando con claridad y todos los que se hallaban presentes estaban conmovidos, oyendo sus palabras de lealtad total al reino:

Díganles que se presente... que yo no tengo sino 180 hombres... Que les ofrezco la vida, y los recomendaré al capitán general... Que no crean á los vagabundos que dicen que los van á matar... Que la reina Isabel los perdonará, porque es muy buena, y repitió otra vez, la Reina es muy buena.
Pedro Santana

Luego siguió simulando ataques y dando voces de mando en la acción pero sin olvidar su idea fija, la base de su política en estos sucesos:

capitán, decía, vaya V. con esas compañías, ataquelos, y si se rinden, no los maten.
Pedro Santana

El presbítero Gabriel Moreno del Christo viendo qué entraba en la agonía le otorgo el sacramento de la extremaunción y alrededor de su lecho se encontraron todos sus antiguos amigos, inclusos aquellos que en los últimos tiempos se habían alejado de él.

El caudillo dominicano falleció a las cuatro y media de la tarde de inflamación cerebral.[24]

Posteridad

Testamento

En su testamento, Santana legó sus bienes a su viuda Ana Zorilla, su hermano demente y paralítico Florencio Santana, su tía Dominga, sus hijastros Miguel y Loriana Febles, y su cuñada e hijastra Froilana Febles. También a sus sobrinos: Manuel, Francisco y Rafael Santana; y sus ahijados: Pedro García, Francisco Robiou, Socorro de la Cruz Zorrilla y María de los Santos Núñez; los ahijados de sus sobrinos: Gerardo de la Cruz Zorrilla y Juan José de la Cruz Zorrilla; y el señor Valentín Familia.​​

Honores

 
Orden del Heroísmo Capitán General Pedro Santana.

Desde 1978, sus restos yacen en el Panteón de la Patria por disposición del presidente Joaquín Balaguer.[25][26]

Descendencia colateral

De su sobrino Rafael Santana Febles (casado con Paula Bobadilla) descienden el cardenal Octavio Beras (tataranieto de su hermano Ramón), el comediante Freddy Beras Goico (chozno de su hermano Ramón) y la actriz y presentadora Ivonne Beras (bichozna o pentanieta de su hermano Ramón).

De su sobrina María de los Ángeles Santana Febles (casada con Isidoro Durán) descienden el ministro y senador José Ignacio Paliza (hexanieto de su hermano Ramón), la diplomática Patricia Villegas (chozna de Ramón) y el diputado Orlando Jorge Villegas (bichozno o pentanieto de Ramón).

Personalidad de Santana

Aspecto y carácter

 
Santana.

El 16 de junio de 1861 en la revista El Panorama Universal se publicaría en una sección la biografía del marqués de las Carreras donde se les describía de la siguiente forma:[4]

La estatura del Excmo. Sr. D. Pedro Santana es lo que en términos vulgares se llama regular. Su cara revela mucha energía y resolución determinada, y su frente sombreada de pelo, no es abultada. Sus cejas son espesas y cubren un par de ojos penetrantes, que brotan fuego cuando se irritan sus pasiones. Tiene bozo, pero no usa bigote, y en su vestido muestra mucha sencillez. Es dulce y caballeroso, pero muy cauto en la conversación. Escucha y pesa bien sus palabras antes de dar una afirmacion; pero cuando se altera ó se anima, habla en el fuerte dialecto de su provincia con ruda entonacion, sin perder, sin embargo, el dominio sobre si mismo. Este hombre notable es en su casa enteramente moderado y enemigo de ostentacion. Su porte sério podria hacer creer á los extranjeros que es austero. Tiene autoridad y prestigio ilimitado sobre sus soldados. Gana su afecto con modales insinuantes, y les impone respeto con el aire de una autoridad de que le ha dotado la naturaleza.

El Brigadier Antonio Peláez Campomanes, quien le visito en 1860, decía de él que:[20]

Con un valor de león reune un corazón noble y generoso, como pueden certificarlo los muchos huérfanos y desvalidos a quienes ha acogido en su casa, y establecido después. Su honradez es a toda prueba...

Ancestros

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
¿? Santana
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Pedro Santana
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
¿?
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Pedro Santana Familias, marqués de las Carreras
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Santiago Familias
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Petronila Familias Carrasco
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
María Carrasco
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Referencias

  1. Fernández-Mota de Cifuentes, María Teresa (1984), Relación de títulos nobiliarios vacantes, y principales documentos que contiene cada expediente que, de los mismos, se conserva en el Archivo del Ministerio de Justicia, Ediciones Hidalguía. ISBN 8400057805, 9788400057800.
  2. a b «Copia archivada». Archivado desde el original el 4 de marzo de 2016. Consultado el 13 de noviembre de 2015. 
  3. La muerte de Ramón Santana
  4. a b «Biografía del Excmo. Señor D. Pedro Santana». El Panorama Universal. 16 de junio de 1861. 
  5. Lugo Lovatón, Ramón (1953). «El Carácter de Pedro Santana». Boletín del Archivo General de la Nación. 
  6. Manifiesto de 16 de enero de 1844
  7. «Santana y la independencia». HOY. 10 de febrero de 2004. 
  8. «PROCLAMA DEL GENERAL SANTANA». HISTORIA PATRIA. 
  9. Antonio Duvergé (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última). enlace irrecuperable
  10. «El aguerrido mellizo de Santana». provinciasdominicanas.org. Archivado desde el original el 6 de octubre de 2014. Consultado el 6 de octubre de 2014. 
  11. Los dirigentes de la primera República
  12. a b Escolano Giménez, Luis Alfonso (2010). LA RIVALIDAD INTERNACIONAL POR LA REPÚBLICA DOMINICANA DESDE SU INDEPENDENCIA HASTA LA ANEXIÓN A ESPAÑA (1844-1861). 
  13. a b c d Herrera, César (1959). «La Batalla de “Las Carreras” SUS ANTECEDENTES HISTORICOS Y CONSECUENCIAS TRASCENDENTALES». Academia Dominicana de la Historia. 
  14. a b Llenas, Alejandro. Vol. 41. Apuntes históricos sobre Santo Domingo. 
  15. Rodríguez Demorizi, Emilio. Vol 2 Documentos Para La Historia De La República Dominicana Vol I Colección De E Rodríguez Demorizi Parte 1. 
  16. «Santiago Espaillat es electo presidente de la República». 
  17. a b Gallego Cosme, Mario J. (2014). «CONTEXTO HISTÓRICO E INTERNACIONAL DE LAS RELACIONES DIPLOMÁTICAS DE LA REPÚBLICA DOMINICANA CON ESPAÑA DURANTE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX». Revista Electrónica Iberoamericana. 
  18. Peña Batlle, Manuel Arturo (1940). «Historia de la Deuda Pública Dominicana en la Primera República». BOLETIN DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACION, AÑO 3, NUMERO 13, VOLUMEN 3. 
  19. José Gabriel García. «Obras Completas». 
  20. a b Rodríguez Demorizi, Emilio. Nuevas noticias acerca de Santana. 
  21. «NEGOCIOS DE SANTO DOMINGO». La América. Crónica Hispano-americana. 
  22. «Pedro Santana en la Colección Real del Museo del Prado». 
  23. «Luperón: Santana no hizo la anexión por soborno». 15 de noviembre de 2018. 
  24. Alfau Durán, Vetilio (1949). «Documentos Históricos (Colección y notas de V. A. D.)». Clío (Ciudad Trujillo: Academia Dominicana de la Historia) (83): 17. Consultado el 5 de junio de 2016. «(...) comparecieron de la una parte el señor General Libertador Don Pedro Santana, de cincuenta y ocho años de edad, hijo legítimo de los difuntos Pedro Santana y Petronila Familia, viudo de la difunta Micaela de Riveras, habitante domiciliado en esta ciudad; y de la otra parte la señora Ana Zorrilla, de sesenta años de edad, hija legítima de los difuntos Juan Zorrilla y Faustina Lauriano, viuda del difunto Juan Rodríguez, habitante domiciliada de esta ciudad (...)
    (...) mandé dar sepultura eclesiástica al cadáver del Excmo. Sor. Teniente General Don Pedro Santana, Marqués de las Carreras, de sesenta y tres años de edad, natural de Hincha, esposo en segundas nupcias de Doña Ana de Zorrilla, e hijo legítimo de Don Pedro y Doña Petrona Familias: Falleció ayer de inflamación cerebral; habiendo recibido el Sacramento de la extremaunción; hizo testamento ante el Notario Don José Ma. Pérez. (...)».
     
  25. http://www.docelinajes.org/2010/11/el-general-pedro-santana-primer-marques-de-las-carrerasy-la-identidad-dominicana-ii/
  26. http://www.educando.edu.do/articulos/estudiante/fallecimiento-de-pedro-santana/

Bibliografía

  • Peña Blanco, Joaquín Guillermo. "Anexión y Guerra de Santo Domingo". Editorial EAS. Madrid.2018