Diferencia entre revisiones de «Selva Central»
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Esta historia, como sabemos, fue paralela a otra más fantástica o mítica, pero también trágica. Inmediatamente después de la conquista europea, la amazonía se convirtió en el territorio de la búsqueda de El Dorado. Fueron muchas las expediciones que, infructuosamente, intentaron descubrir aquella “ciudad de oro” que algunos mitos europeos o leyendas incaicas despertaron la ambición de los aventureros. Los nombres de Gonzalo Pizarro, Francisco de Orellana, Pedro de Candia, Pedro de Ursúa o Lope de Aguirre están asociados a esta quimera o, más aún a una ilusión que las propias autoridades alentaron hábilmente para evitar alguna revuelta o deshacerse de individuos problemáticos.
Sin embargo, hasta inicios del {{siglo
Actualmente ejecuta proyectos de mejora de productividad en cacao con equidad de género, de seguridad alimentaria y turismo con fondos de la cooperación vasca, italiana, española y del gobierno peruano.<ref>http://blog.pucp.edu.pe/blog/juanluisorrego/2011/08/30/los-franciscanos-en-la-selva-central/</ref>
=== Las misiones y la ocupación de la Selva Central ===
Sin duda, fueron los frailes y clérigos los que exploraron la selva llevando la evangelización, la Biblia y la Cruz, los forjadores de la integración de la amazonía al territorio del Virreinato, primero, y la República peruana, después. Fueron ellos, también los que escribieron la historia, describieron la geografía y estudiaron las lenguas y las costumbres de los pueblos amazónicos. Los testimonios dan cuenta de más de 140 pueblos fundados por ellos y unas 170 crónicas, con descripciones e informes de valor incalculable. Hoy, centenares de miles de aborígenes que hablan, profesan la religión católica y votan en las elecciones lo hacen gracias a esta larga historia que se remonta al {{siglo
En efecto, si llevamos este tema al terreno puramente histórico, la acción de los misioneros católicos en la Amazonia, durante los siglos XVII y XVIII, ha sido objeto de duras críticas como de reconocimiento por los esfuerzos que realizaron por “civilizar” a los indios amazónicos. Fueron los jesuitas y los franciscanos quienes jugaron un papel fundamental en el proceso misional del oriente peruano. En este sentido, la actividad misional fue apoyada por la fuerza de las armas, empleada especialmente cuando la población aborigen oponía resistencia al establecimiento de las reducciones efectuada por los curas misioneros.
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=== Los franciscanos y el Cerro de la Sal ===
Los frailes de San Francisco fueron los que se reservaron la Selva Central, utilizando las entradas de Huánuco y Andamarca. Hasta inicios del {{siglo
Al igual que los jesuitas, se preocuparon en fundar pueblos y reducciones para intruir a los indios en la religión católica. Para fundar estos pueblos se valieron de obsequios y otros ofrecimientos; en ocasiones, el uso de la fuerza también fue un método para conseguir sus objetivos. Pero, a diferencia de los jesuitas, los franciscanos tuvieron que enfrentar una resistencia mucho mayor por parte de los grupos a quienes pretendieron “civilizar”.
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Ya en 1580, los franciscanos habían fundado un convento en Huánuco. Desde allí incursionaron por el Huallaga donde fundaron varias reducciones, en el señorío de los panatahuas. Un año especialmente clave fue 1635 cuando intentaron ingresar al Cerro de la Sal, sabiendo que a ese lugar acudían grupos de diversas tribus para aprovisionarse de aquel producto. Ese año fundaron el pueblo de Quimiri (la Merced), en las inmediaciones del Cerro de la Sal, con el propósito de conquistarlo.
Pero ¿cómo era el Cerro de la Sal? Los testimonios más detallados, en realidad, corresponden al {{siglo
Por su parte, el misionero José Amich nos presenta la siguiente descripción: «En este paisaje se eleva dicho cerro como un pan de gran altura, poblado de monte, excepto en la cumbre que solamente tiene algunos matorrales de palmas… Este cerro tiene una veta de sal, que desde la cumbre corre al sur oeste por espacio de más de tres leguas y, otras tantas hacia el noreste; dicha veta de sal tiene de ancho regularmente treinta varas. La sal es de piedra mezclada con algún barro colorado… El Cerro de La Sal es muy famoso por el gran concurso de indios infieles, que las naciones más remotas de la montaña acuden a él por sal; porque dentro de la montaña no hay salinas, entonces les es forzoso venir a este cerro a buscarla, los uno para su uso y consumo y otros para comercializar con ella otras cosas que necesitan las otras naciones… El Cerro de La Sal es un verdadero punto estratégico; por un lado domina la hoya del río Chanchamayo, y por el norte domina la del Pachitea; pues el Pichis, afluente de este último río, tiene algunas vertientes en el mismo Cerro de la Sal… Fray Jerónimo Jiménez, construye en el Cerro de la Sal una capilla con el nombre de San Francisco de Salinas, luego funda el pueblo de Quimiri con el nombre de San Buenaventura de Quimiri a la izquierda de las orillas del río Chanchamayo. En esta gesta de conquista misionera en la ruta descrita, también interviene el Padre Cristóbal Larios, que en compañía del Fray Jiménez son muertos con flechas por los nativos en el año de 1637».
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