Celulitis (estética)

La celulitis o piel de naranja, término común para referirse a la lipodistrofia ginecoide, paniculopatía edemato fibro esclerótica o PEFE, lipoesclerosis o dermopaniculosis, corresponde a la alteración cosmética de la piel de los glúteos y de la cara posterior y lateral de los muslos de la mayoría de las mujeres, producto de una distorsión en la arquitectura del tejido conjuntivo localizado bajo la piel afectada, en conjunto con anormalidades circulatorias e inflamación. La acumulación de tejido adiposo en las zonas afectadas hace más aparente el trastorno.[1][2]

Celulitis

Hoyuelos de celulitis en mujer
Sinónimos
lipodistrofia ginecoide, paniculopatía, paniculopatía edemato fibro esclerótica, paniculopatía edemato fibro esclerosa, PEFE, lipoesclerosis, dermopaniculosis, dermatopaniculosis, dermatopaniculosis deformante

La celulitis rara vez se presenta en hombres y suele ser producto de una deficiencia de andrógenos como la que ocurre con la castración, el hipogonadismo, el síndrome de Klinefelter o la terapia estrogénica para el tratamiento del cáncer de próstata.[1][2]

Epidemiología

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Entre el 85 % y el 98 % de las mujeres después de la pubertad presentan algún grado de celulitis, siendo más frecuente en unas etnias que en otras. Parece haber un componente hormonal en su desarrollo; en los hombres es raro encontrar celulitis, y por esto se puede considerar un carácter sexual secundario.[3]​ Cabe reseñar las diferencias hormonales entre hombres y mujeres, que propician que se dé la celulitis en un porcentaje mucho mayor que en los hombres. Las mujeres tienen dos hormonas, la progesterona y el estrógeno, que favorecen la acumulación de adiposidades de grasa y la retención de líquidos, dando como resultado la celulitis o piel de naranja [cita requerida]

Clasificación

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Existen distintos grados de celulitis mixta, celulitis blanda, celulitis edematosa o celulitis compacta.[4]

Fisiopatología

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El cuadro de celulitis es el resultado de una alteración de la circulación de la capa grasa (hipodermis): el tejido graso crece y las paredes laterales se engrosan formando hoyuelos.

Fases evolutivas

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Evoluciona en cuatro fases:[5]

  • Fase 1. Ectasia circulatoria: venosa, linfática y dilatación de vasos dérmicos. Edema intersticial periadipocitario.
Clínicamente: Pesadez de piernas, la zona celulítica se palpa espesa, menos elástica y más fría, comienza a verse a la presión la “piel de naranja”. Pueden aparecer algunas telangiectasias. Esta etapa es reversible.
  • Fase 2. Exudativa: La dilatación vascular aumenta, sale suero desde los capilares hacia el tejido subcutáneo. El edema empuja a las fibras conjuntivas y filetes nerviosos. Hay hiperplasia e hipertrofia de fibras reticulares pericapilares y periadipocitarias.
Clínicamente: A los síntomas de la fase 1, se agrega dolor a la palpación de la zona celulítica. A la presión aparece la "piel de naranja". Aparecen estrías y várices, tendencia a la obesidad y lipodistrofia localizada. Esta fase también puede ser reversible. Periodo de actividad genital.
  • Fase 3. Proliferación fibrosa: Las fibras de dermis e hipodermis sufren una degeneración del colágeno, se forman bloques amorfos que provocan aprisionamiento de los adipocitos llenos de triglicéridos. Se altera el metabolismo celular y se forman "micronódulos".
Clínicamente: “Piel de naranja espontánea”. La piel está fría, seca y con "pocitos". Varices superficiales y profundas. Artropatías dolorosas y lipodistrofia localizada asociada a estrías nacaradas y flacidez. Periodo premenopáusico, se hace difícil la reversibilidad, salvo efectuar un tratamiento exhaustivo y sostenido.
  • Fase 4. Fibrosis cicatrizal: La progresiva compresión de vasos y nervios, produce alteración nutricional del tejido conjuntivo, sin alteración real del tejido adiposo que permanece normal en su constitución química. La unión de micronódulos forma el “macronódulo”.
Clínicamente: “Piel acolchonada o capitoné” que se ve a simple vista sin necesidad de presión (nódulos duros e indoloros). Periodo Post menopáusico. Esta fase no puede ser revertida.

Tratamiento

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En el tratamiento anticelulítico[6]​ se combina la alimentación equilibrada con el ejercicio físico. En la actualidad aún no hay estudios científicos que aseguren la supresión definitiva de la celulitis en los pacientes.[7]

No hay mejor alternativa para prevenirla o mejorarla que los ejercicios físicos de actividad prolongada, pues los de corta actividad tenderán a consumir energía no adiposa del organismo. Es recomendable subir y bajar escaleras, trotar, para ejercitar principalmente las piernas y los glúteos que son las zonas donde suele acumularse la grasa en mayor medida. Procurar mantener un peso adecuado y realizar ejercicio físico es beneficioso para no agravar el efecto (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última)..

La alimentación que propicia la celulitis suele ser la denominada "comida basura"; también el exceso de harinas, así como la ingestión de bebidas gaseosas (sodas) por su alto contenido de azúcares, que son captadas por la sangre y que después se acumulan en la dermis en forma de grasas. Se recomienda que la alimentación no tenga exceso de grasas, sino más bien verduras y frutas o alimentos acordes al nivel de consumo calórico del individuo.

No está demostrado que beber agua o aplicarse cremas resuelva la presencia de la celulitis. Por el contrario, tratándose de las cremas, sus resultados son controvertidos y si se producen suelen aparecer a largo plazo. Es preciso alertar sobre la mayoría de las cremas anticelulitis[8]​ y tener cuidado con sus componentes, que suelen ser la ginkgo biloba o el ácido retinoico; algunas de estas sustancias pueden producir una reacción alérgica, dermatitis de contacto y prurito.

Los masajes, aunque sean enérgicos y dolorosos, no garantizan la desaparición de la celulitis. Puede mejorar parcialmente, según la naturaleza del afectado y su estado físico general.

La liposucción, o extracción quirúrgica del exceso de grasa debajo de la piel, no resuelve esta afección. La acumulación de grasa aparecerá inevitablemente si el individuo no cambia sus hábitos y procura alimentarse sanamente y recurrir a los ejercicios físicos. De igual manera, la mesoterapia tampoco garantiza la solución del problema.

La cirugía suele ayudar en mayor medida cuando se produce el corte o desprendimiento epidérmico de la capa grasosa. Este recurso sólo es recomendable cuando la celulitis ha alcanzado niveles alarmantes que afecta la calidad de vida del paciente.

La Terapia con Láser de Baja Frecuencia (LLLT por sus siglas "Low-Level Laser Therapy"), también conocida como Lipoláser, Laserlipólisis o lipolisis con láser, ha sido estudiada y aplicada para la reducción de la celulitis (Así como para la reducción de grasa localizada). La efectivdad de ese tipo de tratamientos ha sido certificada incluso por la FDA, sin embargo se debe tener en cuenta que su efectividad se limita a una reducción de la celulitis y no a una eliminación por completo, que es casi imposible de lograr.

Referencias

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  1. a b Friedmann, Daniel; Vick, Garrett Lane; Mishra, Vineet (enero de 2017). «Cellulite: a review with a focus on subcision» [Celulitis: una revisión con foco en la subcisión]. Clin Cosmet Investig Dermatol (en inglés) 10: 17-23. PMID 28123311. doi:10.2147/CCID.S95830. Consultado el 23 de septiembre de 2017. 
  2. a b González Ramos, María del Carmen; Galimberti, Daniel; Valdivia Montero, Denise Carolina; Sharon, Sharon Seiref; Bollea, Luis Agustín; Galimberti, Ricardo Luis (enero a marzo de 2015). «Cristina Cisneros Blog sobre la Celulitis». Dermatología Cosmética, Médica y Quirúrgica 13 (1): 13-19. Consultado el 23 de septiembre de 2017. 
  3. M De Villanueva, Ana (1 de abril de 2008). «Celulitis». Offarm 27 (4): 68-73. ISSN 0212-047X. Consultado el 24 de abril de 2022. 
  4. Ríos, Por Virginia de los (12 de junio de 2022). «¿Qué tipos de celulitis hay y cómo puedes prevenirla y tratarla?». Cosmopolitan. Consultado el 11 de julio de 2022. 
  5. Ana Beatriz R Rossi, André Luiz Vergnanini. Cellulite: a review. Journal of the European Academy of Dermatology and Venereology. 2000; 14(4):251–62.
  6. Rubi Reynols. «7 métodos para eliminar y quitar la celulitis». 
  7. «Biomanantial - El ABC de la celulitis». 30 de diciembre de 2014. Archivado desde el original el 30 de diciembre de 2014. Consultado el 30 de diciembre de 2014. 
  8. «Masajeadores anticelulíticos». 

Enlaces externos

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