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Diferencia entre revisiones de «Ejército de la Antigua Roma»

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Este cuerpo militar fue establecido por [[César Augusto]] como guardia personal del emperador, y fue suprimida por el emperador [[Constantino I]] después devencer a su rival [[Majencio]] en la [[batalla de Puente Milvio]]. Recibía un entrenamiento mucho más intenso, su paga era mayor, su servicio era de sólo 16 años, y solamente participaba en las guerras si el emperador en persona acudía al frente de batalla. Al mando de los pretorianos estaban los dos ''praefecti praetorium'', que en ocasiones se reducían a uno sólo. Sus hombres eran reclutados de entre los ciudadanos romanos de Italia y, excepcionalmente, de las provincias mas romanizadas como la [[Galia Narbonense]], la [[Bética]] o la [[Tarraconense]].
Este cuerpo militar fue establecido por [[César Augusto]] como guardia personal del emperador, y fue suprimida por el emperador [[Constantino I]] después devencer a su rival [[Majencio]] en la [[batalla de Puente Milvio]]. Recibía un entrenamiento mucho más intenso, su paga era mayor, su servicio era de sólo 16 años, y solamente participaba en las guerras si el emperador en persona acudía al frente de batalla. Al mando de los pretorianos estaban los dos ''praefecti praetorium'', que en ocasiones se reducían a uno sólo. Sus hombres eran reclutados de entre los ciudadanos romanos de Italia y, excepcionalmente, de las provincias mas romanizadas como la [[Galia Narbonense]], la [[Bética]] o la [[Tarraconense]].


Augusto organizó la Guardia Pretoriana en 9 cohortes quincuagenarias de 480 soldados cada una, situadas en diferentes ciudades de Italia. [[Tiberio]] reunió las 9 cohortes en Roma y creó un cuartel permanete para ellas, el ''castra praetoria''. [[Vitelio]] transformó las cohortes en miliarias, con 800 hombres, e incrementó su número hasta 12, pero, al año siguiente, [[Vespasiano]] redujo su número nuevamente a 9. Por último, [[Septimio Severo]]licenció a todos los pretorianos itálicos que habían asesinado a [[Pertinax]] y a [[Didido Juliano]], y que se habían atrevido a subastar el puesto de emperador al mejor postor, y los subsituyó con legionarios de las legiones de [[Panonia]], y, para asegurarse tropas alternativas a las de la guarnición de Roma, instaló en los Montes Albanos a la [[Legio II Parthica]].
Augusto organizó la Guardia Pretoriana en 9 cohortes quincuagenarias de 480 soldados cada una, situadas en diferentes ciudades de Italia. [[Tiberio]] reunió las 9 cohortes en Roma y creó un cuartel permanete para ellas, el ''castra praetoria''. [[Vitelio]] transformó las cohortes en miliarias, con 800 hombres, e incrementó su número hasta 12, pero, al año siguiente, [[Vespasiano]] redujo su número nuevamente a 9. Por último, [[Septimio Severo]] licenció a todos los pretorianos itálicos que habían asesinado a [[Pertinax]] y a [[Didido Juliano]], y que se habían atrevido a subastar el puesto de emperador al mejor postor, y los subsituyó con legionarios de las legiones de [[Panonia]], y, para asegurarse tropas alternativas a las de la guarnición de Roma, instaló en los Montes Albanos a la [[Legio II Parthica]].


Debido a su cercanía al emperador la guardia pretoriana acabó transformándose en un instrumento de poder. Muchos emperadores fueron asesinados o depuestos por su guardia pretoriana, y algunos prefectos llegaron a emperador, tal y como ocurrió con [[Macrino]].
Debido a su cercanía al emperador la guardia pretoriana acabó transformándose en un instrumento de poder. Muchos emperadores fueron asesinados o depuestos por su guardia pretoriana, y algunos prefectos llegaron a emperador, tal y como ocurrió con [[Macrino]].

Revisión del 09:38 22 may 2006

Monarquía

Servicio militar

El servicio afectaba a los ciudadanos entre diecisiete y sesenta años. Hasta los cuarenta y cinco participaban en las campañas, y los mayores defendían las ciudades y formaban la reserva. Por lo general las clases altas no intentaban rehuir el servicio militar, ya que su cumplimiento era imprescindible para poder acceder a las magistraturas del Estado y hacer carrera política (el cursus honorum).

La organización política básica en aquella época era la gens. La leva obligaba a cada gens a proporcionar un cierto número de hombres armados más otros hombres de apoyo. El requisito básico era ser ciudadano romano (infantería o caballería pesadas) o bien ciudadano de algún pueblo bajo domino romano (velites y caballería ligera), lo que contribuía a que el ejército tuviese una moral elevada y un gran fervor patriótico. No se tenían en cuenta otros factores como la religión o el color de la piel. Por el contrario, lo habitual entre los pueblos y civilizaciones de la época era un ejército formado por mercenarios profesionales sin importar su origen.

La leva sólo era obligatoria en tiempos de guerra, pero las continuas guerras en las que Roma se veía implicada hacían que en la práctica la leva siempre estuviese en vigor. Aunque los soldados percibían una paga (no muy elevada) sus campos de cultivo quedaban desatendidos, lo que inevitablemente les causaba pérdidas si la campaña se alargaba.

Con el tiempo los criterios de sangre noble se fueron relajando. A mediados del siglo VI adC el rey Servio Tulio puso la riqueza personal por delante del criterio de sangre en relación a los derechos y deberes de los ciudadanos. Entre estos derechos y deberes se encontraba el ejército. Servio Tulio dividió Roma en treinta tribus, y agrupó a los ciudadanos en cinco clases sociales, subdivididas en un total de ciento noventa y tres centurias.

Legión

En los primeros tiempos no había distinción entre ejército y legión, Roma disponía de una sola legión de hasta tres mil infantes y trescientos caballeros. Sin embargo las guerras en aquella época eran escaramuzas limitadas que acababan con el invierno, y es dudoso que alguna vez se llegara a reunir el ejército al completo. Ni siquiera era un cuerpo permanente, se reclutaba y licenciaba según las necesidades.

Los trescientos caballeros (centuriae flexuntes o centuriae celeres) formaban la caballería del ejército de la Antigua Roma. Estaban bajo el mando de tres tribunos de la Caballería (Tribuni Celerum) y el jefe supremo de la Caballería era el Magister Equitum.

La aristocracia al principio y las clases ricas posteriormente ocupaban la primera línea como muestra de su liderazgo del pueblo, y también porque podía pagarse el mejor equipamiento, con lo que sus unidades eran muy eficaces y bien armadas. Muy pocos miembros de las clases más bajas podían costeárselo con su paga de soldado.

Con el crecimiento de la población de Roma y las mayores necesidades militares el número de legiones aumentó primero a dos y posteriormente a cuatro.

El mando supremo de la caballería correspondía a un Magister Equitum, y el de la caballería de cada legión a los Tribunos de la Caballería.

El mando supremo de los infantes correspondía inicialmente al rey y después a los Cónsules o Dictadores (o a los Legatus). El mando de los infantes de cada legión correspondía a los Tribunos de la Milicia.

Los infantes fueron divididos en cinco clases según su armamento (en función de la riqueza personal) siendo las tres primeras llamadas hoplitas (por la armadura) y las otras dos Velites (auxiliares).

Unidades

En los primeros momentos el ejército era simplemente una agregación de unidades indiferenciadas inspirada en la falange etrusca. Esta, a su vez, se creó por la influencia de las unidades de hoplitas de la Magna Grecia con las que habían entrado en contacto.

El tamaño de la legión paso de unos tres mil hombres a más de cuatro mil, pudiendo llegar hasta los cinco mil. También hubo una mayor especialización de los soldados, pero tácticamente no se produjeron cambios y se mantuvo la estructura básica de la falange hoplita.

Armamento
Recreación de un casco de un centurión romano de finales del siglo II.
Reproducción de un gladius romano del 70 adC.

Como cada soldado debía pagarse el equipo, éste dependía de a cuál de las cinco clases establecidas por Servio Tulio pertenecía el hombre. La mejor armada era la primera clase:

  • Escudo: circular.
  • Cuerpo: corseles de cuero, pectorales de bronce, grebas.
  • Yelmo: casco cónico de bronce.
  • Armas: gladius (espada corta), pilum (jabalina).

Las demás clases llevaban progresivamente menor equipamiento, de acuerdo con el poder adquisitvo. La segunda clase carecía de coraza y el escudo era oval, la tercera carecía además de grebas, la cuarta sólo tenía pilum y gladius y la quinta eran honderos (arrojaban piedras).

Inicios de la Marina Romana

En el año 311 adC se instituyó la figura de los almirantes (Duoviri navales) para dirigir la pequeña armada romana, formada por unos pocos navíos (galeras sobre todo) y por los contingentes marítimos de las ciudades aliadas que poseían marina (como Nápoles).

El 267 adC se instituyeron los cuatro cuestores de la marina (Classici quoestores), con sedes respectivas en cuatro puertos: Ostia, Cales (en Campania), Ariminium (Rimini), y otra sede cuyo nombre y situación no es conocido.

República

Servicio militar

Con el paso del tiempo el sistema militar iba sufriendo pequeños ajustes. Con el incremento de población la curia acabó desplazando a la gens. Las curias procedían de antiguas organizaciones principalmente económicas y comerciales, pero también religiosas y judiciales. Paulatinamente las curias se fueron transformando en simples organizaciones territoriales que fueron aprovechadas como unidades de leva.

El adiestramiento se iniciaba con un entrenamiento físico realizado con el equipo puesto (unos treinta kilos) e incluía marchas y carreras de obstáculos. Posteriormente la instrucción militar incluía la práctica de movimientos aplicables en las guerras y el manejo de armas.

Legión

A comienzos de la etapa republicana la legión se organizó con una estructura mucho más formal y estricta. Como las guerras eran más frecuentes y habían dejado de ser simples escaramuzas, las batallas requerían más planificación.

A medida que las campañas aumentaban en duración se hacía evidente que la situación de una ciudadanía militarizada permanentemente no era sostenible. Esto supuso muchos problemas económicos hasta finales del siglo V adC y principios del siglo IV adC, cuando Roma empezó a tener tamaño suficiente para que los soldados sólo fuesen una proporción pequeña de la población. Especialmente importante fue la victoria frente a la ciudad etrusca de Veyes (369 adC), cuyo territorio y población fueron anexionados. En esta época el Estado ya compensaba a aquellos que sufrieran un perjuicio económico por tener que abandonar su trabajo.

La lealtad del ejército se reforzaba por el juramento (sacramento) de fidelidad y obediencia a los superiores y de no desertar de la batalla. Las faltas de disciplina se castigaban de acuerdo a su gravedad con la suspensión del sueldo, con azotes o hasta con la muerte. El castigo para unidades completas consistía en diezmarlas, es decir, aplicar la pena de muerte a uno de cada diez legionarios.

Durante el transcurso de la etapa republicana se solía reclutar un máximo de tres o cuatro legiones. Sin embargo continuaron teniendo, como durante la monarquía, una existencia efímera. Únicamente se hicieron permanentes las legiones I a IV. Éstas, mandadas por un cónsul la pareja, eran los ejércitos consulares. Durante la Segunda Guerra Púnica se reclutaron muchas más legiones para poder hacer frente a la gran amenaza de Aníbal.

Hacia el final de la República Cayo Mario reformó el ejército. Se hizo permanente. Se abolieron los límites establecidos por las clases de Servio Tulio y se aumentó la paga del legionario, con lo que el número potencial de estos aumentó considerablemente. Los nuevos soldados, sin trabajo y sin propiedades, no deseaban que llegara el final de la campaña, que también significaba el final de la paga. Los soldados se alistaban por dieciséis años, periodo que se fue ampliando hasta veinte o veinticinco. Así se profesionalizó el ejército.

Mandos

Cada legión quedó bajo el mando de un cónsul elegido por un periodo de un año. Esto suponía que muchas veces estos dirigentes adolecían de dotes militares, y lo más habitual era que los cónsules a su vez nombrasen un legado (legatus), más profesional y con capacidad de mando al que situaban al frente de la legión.

La figura del tribuno militar apareció formalmente en el 331 adC. La legión se reorganizó en seis cuerpos, dirigidos por los tribunos militares electos. Estos cuerpos se dividía a su vez en otros diez, las centurias, bajo el mando de sendos centuriones. Nominalmente cada centuria constaba de cien hombres, pero en realidad su número podía ser de hasta sesenta; la cifra más habitual estaba en torno a ochenta. Así se creó una jerarquía formada en primer lugar por el cónsul electo, sus legados, los tribunos militares y los centuriones.

Otro cambio obligado por la mayor duración de las escaramuzas fue la necesidad de prorrogar el mandato del cónsul en campaña. Así surgió la figura del Procónsul. La lealtad de los soldados, que se iba desplazando desde el Estado hacia sus jefes directos, hizo que los cónsules y procónsules empezaran a obtener un gran poder militar y político.

Unidades

La infantería pesada era la principal unidad de la legión. Estaba formada por ciudadanos capaces de costearse el equipamiento. Según la experiencia se distribuían en hastati o Hastarios (hastatus era el soldado más joven), príncipes (princeps era el soldado en torno a treinta años) y triarii o Triarios (triarius era el veterano).

La infantería ligera o velites no tenía una organización ni función precisas. Su actuación se ajustaba a las necesidades de la batalla. Eran un cuerpo de gran ligereza y movilidad que hacía que en muchas ocasiones fuesen los que más bajas infligían al enemigo. Por lo general no eran ciudadanos romanos, sino aliados (allae que, hasta el siglo III adC se reducían aproximadamente a la Italia actual).

Armamento

El tronco se protegía con una coraza completa (frontal y espalda) de la que hubo varios tipos. La coraza más cara eran dos piezas de metal que protegían completamente el tronco. Por su precio y vistosidad estaban prácticamente reservadas a los oficiales y a la Guardia Pretoriana.

La coraza de escamas estaba formada por pequeñas piezas de metal o hueso superpuestas y unidas por alambre.

La lorica hamata era una cota de malla.

La lorica segmentata estaba formada por hojas de metal alargadas. Proporcionaba mayor protección que la lorica hamata y permitía más movilidad.

Para proteger el vientre utilizaban un cinturón de cuero, con tiras colgantes para proteger los muslos.

El escudo podía ser de bronce o de madera recubierta de cuero, y su forma redonda, oblonga o semicircular o cilíndrica

El casco protegía la nariz, mejillas y cuello. El de los oficiales llevaba un penacho.

El calzado consistía en unas sandalias fuertes, con tachuelas en la suela, de gran resistencia en las largas marchas.

Las armas eran un pilum pesado, un pilum ligero, el gladius y un puñal de doble filo.

Además llevaban una mochila con objetos personales, agua y raciones para un mínimo de tres días.

Marcha y campamentos

Reconstrucción de una torre de vigilancia romana en Holanda.
Vista aérea de los restos del fuerte romano de Masada, en Israel.

Al frente de la legión marchaban los velites explorando el terreno y posibles trampas. Luego venían la infantería, la caballería, los encargados de levantar el campamento, el general, su guardia, tropas, las máquinas de asedio desmontadas, los oficiales superiores y más tropa cerrando la marcha.

Con las reformas de Mario el campamento (castrum) desempeñó una papel fundamental en las tácticas romanas. No se dejó su establecimiento al azar, sino que seguía unos principios rígidos. Probablemente ningún otro ejército de la antigüedad contó con unos campamentos, para una noche o por tiempo indefinido, con tales niveles de seguridad.

Externamente se rodeaba por un foso (fossa) de cuatro metros de anchura y tres de profundidad que era excavado por una parte de los legionarios, mientras la otra parte se mantenía en estado de alerta. La tierra extraída se utilizaba para levantar un terraplén defensivo, el agger, a continuación del fossa. En el caso de campamentos eventuales, como los construidos cada día al final de la marcha, el vallum podía ser sólo el agger o también adicionar una empalizada de madera. Si el campamento era semipermanente, como durante el descanso invernal o un asedio corto, el vallum era de madera o argamasa. Y si se trataba de algo permanente, por ejemplo vigilar la seguridad de una zona, se utilizaba la piedra. Después del vallum se dejaba un terreno despejado de treinta a sesenta metros, el intervallum.

La tienda del general se levantaba junto a la intersección de dos calles que se cruzaban en forma de cruz latina, la via praetoria el brazo largo y la via principalis el brazo corto. En cada una de las zonas se distribuían las tiendas de los legionarios, siguiendo una ordenación específica según el cuerpo. Las tiendas tenían capacidad para cuatro legionarios, pero alojaban a ocho en turnos rotativos.

El combate

El esquema romano clásico de combate constaba de una vanguardia de velites. A continuación venía la infantería pesada dispuesta en tres líneas:

  • príncipes
  • hastati
  • triarii, que sólo entraban en combate en situaciones extremas.


A la derecha de la infantería se disponía la caballería romana, y a la izquierda la caballería de los aliados.

En vista de sus defectos la formación en falange fue sustituida por el manípulo, consistente en dos centurias bajo el mando del mayor de ambos centuriones. Cada una de estas tres líneas de infantería ya no era contínua, sino que se separaba en manípulos, con un pequeño cambio de orden:

  • hastati, diez manípulos de ciento veinte
  • príncipes, diez manípulos de ciento veinte
  • triarii, cuyo manípulo constaba de sesenta hombres.

El hueco que quedaba entre dos manípulos de la primera línea se encontraba cerrado por un manípulo en la segunda línea, y a su vez la tercera línea cerraba los huecos de la segunda. El resultado era una disposición en forma de tablero de ajedrez que dotaba de gran flexibilidad a los movimientos de la infantería.

La reforma de Cayo Mario sustituyó la manípula por la cohorte, formada por seis centurias (un manípulo de hastati, uno de príncipes y uno de triarii). La cohorte estaba bajo el mando de un centurión que era asistido por un optio, un soldado que sabía leer y escribir. Cada cohorte se dotó de mucha más independencia táctica.

El triunfo

Si en una batalla caían al menos cinco mil enemigos y se obtenía una victoria abrumadora el senado decretaba el Gran Triunfo. Éste se celebraba con un desfile multitudinario por las calles de Roma liderado por magistrados y senadores. A continuación iban los cornetas, el botín, los prisioneros, el general triunfador, con una corona de laurel, y sus tropas cerrando el desfile.

Botín de guerra

Los bienes capturados al enemigo, tanto riquezas como tierras, pasaban a ser propiedad del Estado. Muchas de estas tierras se les entregaban a patricios y generales victoriosos, o bien se les arrendaban a precios muy reducidos. Los habitantes de la tierra pasaban a ser esclavos del propietario o arrendatario.

Con el paso del tiempo cada vez era más habitual que fuese el propio jefe del ejército el que se alzase con la propiedad del botín y la repartiese a su criterio entre sus ayudantes y la tropa, con lo que se ganaba su fidelidad personal. Esto acabó siendo de gran importancia política desde los últimos años de la república.

El iniciador de esta medida fue Escipión

Honor y títulos

Los soldados reclutados entre la clase aristocrática tenían escaso espíritu combativo. Para elevarlo fue preciso dictar una ley que obligaba, para aspirar a una magistratura, a haber servido diez años en el ejército, con lo que se impidió que la aristocracia desertara de sus obligaciones militares.

Los títulos y honores son ambicionados. Antes los honores del triunfo se concedían solamente al cónsul que regresaba victorioso y aumentaba el territorio de la República. Ahora cualquier escaramuza da lugar a la celebración de un triunfo, dentro o fuera de Roma. Para poner coto a ello se decidió en el año 181 a.C. que para celebrar un triunfo, la batalla debía haber originado al menos cinco mil muertos, pero a menudo se aumentaron las cifras en los informes para saltarse la norma. Los títulos de victorias, reales o ficticias, aumentaban. Las familias empezaron a adoptar sobrenombres alusivos (cognomen secundum o agnomen), costumbre iniciada por Escipión (que se tituló Africanus), por su hermano (Asiaticus) y por su primo (Hispanicus). El 163 adC. el conquistador de Mesina tomó el sobrenombre de Mesala, y así otros muchos.

Esclavos en el ejército

Como el reclutamiento de esclavos para las guerras tuvieron efectos mediocres, en el siglo II adC. fueron rebajadas las condiciones para acceder al servicio militar, que hasta entonces era la posesión de un censo o patrimonio mínimo de once mil ases. Así a la escuadra fueron llamados los emancipados y los ciudadanos pobres (entre cuatro mil y mil quinientos ases) y el censo mínimo del legionario fue rebajado a cuatro mil ases. En caso de urgencia podían ser movilizados los ciudadanos con un censo entre mil quinientos y trescientos setenta y cinco ases.

Modificaciones a finales del Siglo II adC. y en el Siglo I adC.

El ejército se reclutaba entre los propietarios, según el orden de clases: los caballeros y otras cinco clases, hasta un censo de cuatro mil ases. Pero la infantería ya se colocaba en las secciones de hastarios, príncipes y triarios, según los años de servicios. Además se admitió a los confederados italianos también por clases.

Pero los caballeros habían desaparecido prácticamente de sus funciones y la infantería era difícil de reclutar sin recurrir a los súbditos italianos, a los caballeros de Tracia, a la caballería ligera de África, a la infantería ligera de los Ligures, y a los honderos de las Islas Baleares (todos los cuales eran reclutados sobre todo para las legiones establecidas en sus propios países o en las cercanías, pero también para otros puntos). Se aceptó también a los ciudadanos romanos pobres (menos de cuatro mil ases) abriéndose la lista de enganche desde el 107 a.C.

Se hizo necesario abolir la forma de acceso a las secciones (velites, hastarios, príncipes y triarios) dependiendo su colocación del oficial.

La legión se modificó: en lugar de los treinta manipulos de la infantería pesada (cada manipulo se dividía en dos centurias de sesenta hombres para la primera y segunda línea de hastarios y príncipes, y de treinta hombres para los triarios), se crearon diez cohortes (cada cual con su estandarte), cada una de las cuales contaba cinco o seis centurias de cien hombres, con lo que cada legión paso de 4.200 hombres a 6.000. La fila se arregló por el número de orden del soldado y la sección. Las insignias de las antiguas divisiones de la legión (el lobo, el minotauro, el caballo y el jabalí) fueron suprimidas y solo se conservaron los estandartes de las cohortes, y el emblema de la Legión (un águila plateada).

La guardia personal del general en jefe, que desde el episodio de Numancia tenía una existencia extraoficial, se convirtió en norma y se creó el cuartel general (Guardia Pretoriana o guardia del general en jefe) cuyos miembros tenían más sueldo y estaban dispensados de los trabajos del campamento.

Con la entrada de los proletarii en el ejército este tendió a convertirse en profesional. Sus integrantes no efectuaban un gravoso servicio para el Estado, sino que se servían a sí mismos. Su patria era el campamento y su jefe el general.

Se cree que a finales del siglo I adC. había en el ejército dos italianos por cada romano, en una población de más de quinientos mil ciudadanos romanos y más de setecientos mil italianos.

Imperio

Servicio militar

Los territorios que fueron anexionados a Roma más tempranamente no aportaban casi soldados, y las provincias reclutaban en función del tiempo permanecido bajo soberanía romana. Normalmente no era necesario forzar el reclutamiento pues el número de voluntarios era suficiente para cubrir las necesidades.

Legión

En esta época el ejército estaba formado por treinta legiones de unos cinco mil trescientos hombres cada una. La legión ya era un cuerpo permanente, podía variar en número y composición pero siempre existía, cada una con sus símbolos, historia y glorias particulares. En ellas había gran variedad de especializaciones como soldados, zapadores, policía militar, cuerpo médico, etc.

Mandos

Cada legión, bajo el mando de un legatus, constaba de infantería y de caballería. Inmediatamente bajo su mando había seis tribunos militares, de los cuales cinco eran oficiales de escalafón y uno de la aristocracia.

La infantería constaba de diez cohortes, de las que la primera era especial. Estaba formada por cinco centurias de ochenta hombres, cada una de ellas bajo el mando de un centurión, más un centurión adicional, el centurión jefe de la legión. Además incluía un cuerpo de seiscientos hombres que no participaba en la batalla formado por escribanos y comerciantes. En total unos mil hombres.

Las nueve cohortes restantes eran iguales. Cada una de estas cohortes, de cuatrocientos ochenta hombres, se dividía en seis centurias bajo el mando de sendos centuriones.

La caballería estaba integrada por unos ciento veinte hombres.

Marina

Cuando Roma comenzó a prestar atención al mar las clases más humildes, raramente encontradas en la infantería y nunca en la caballería, encontraron acomodo en las tripulaciones de la flota. Ésta tenía necesidad de una gran cantidad de personal poco preparado y sin requerimientos de equipamiento especial; un barco de guerra podía necesitar hasta trescientos remeros y ciento veinte marineros.

Veteranos

Al licenciarse al final de su servicio -20 años para los legionarios, 16 para la guarnición de Roma, 25 para los auxiliares y 26 para los marineros- los soldados recibían el honroso título de veteranus (veterano), y el emperador, a través del Aerarium Militaris creado en 2 adC,le entregaba un premio en metálico, de 3000 a 5000 denarios, según épocas, y recibían ciertos privilegios, como casarse legalmente, regularizando cualquier unión anterior y otorgando la ciudadanía romana a los hijos que hubiesen tenido o a los que fueran a tener, y se les permitía instalarse en cualquier parte del Imperio, y si este lugar era una ciudad privilegiada, municipio o colonia, se convertían automáticamente en miembros de su consejo local u Ordo Decurionis, estaban exentos de ciertas cargas, como alojar militares ensus casas y no podán ser sometidos a castigos o penas infamantes. Si habían prestado servicio en la marina o en las tropas auxiliares y no eran ciudadanos romanos, con la licencia se les concedía automáticamente la ciudanía romana. Se archivaba un certificado consistente en dos tablillas de bronce con la fecha, nombre del emperador, nombre del soldado, grado, privilegios, años de servicio y cuerpo, y se les entregaba una copia, aunquie esto sólo afectaba a los soldados de las unidades auxiliares y de la flota, porque con ello demostraban la adquisición de la ciudadanía romana.

Guardia pretoriana

Este cuerpo militar fue establecido por César Augusto como guardia personal del emperador, y fue suprimida por el emperador Constantino I después devencer a su rival Majencio en la batalla de Puente Milvio. Recibía un entrenamiento mucho más intenso, su paga era mayor, su servicio era de sólo 16 años, y solamente participaba en las guerras si el emperador en persona acudía al frente de batalla. Al mando de los pretorianos estaban los dos praefecti praetorium, que en ocasiones se reducían a uno sólo. Sus hombres eran reclutados de entre los ciudadanos romanos de Italia y, excepcionalmente, de las provincias mas romanizadas como la Galia Narbonense, la Bética o la Tarraconense.

Augusto organizó la Guardia Pretoriana en 9 cohortes quincuagenarias de 480 soldados cada una, situadas en diferentes ciudades de Italia. Tiberio reunió las 9 cohortes en Roma y creó un cuartel permanete para ellas, el castra praetoria. Vitelio transformó las cohortes en miliarias, con 800 hombres, e incrementó su número hasta 12, pero, al año siguiente, Vespasiano redujo su número nuevamente a 9. Por último, Septimio Severo licenció a todos los pretorianos itálicos que habían asesinado a Pertinax y a Didido Juliano, y que se habían atrevido a subastar el puesto de emperador al mejor postor, y los subsituyó con legionarios de las legiones de Panonia, y, para asegurarse tropas alternativas a las de la guarnición de Roma, instaló en los Montes Albanos a la Legio II Parthica.

Debido a su cercanía al emperador la guardia pretoriana acabó transformándose en un instrumento de poder. Muchos emperadores fueron asesinados o depuestos por su guardia pretoriana, y algunos prefectos llegaron a emperador, tal y como ocurrió con Macrino.

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